Potrero de Garay, un llamado al sentido común

Carta de lectores

Potrero de Garay, un llamado al sentido común

Señor Director:

El sábado 18 de diciembre, desde las 15 hasta altas horas de la madrugada del domingo, los propietarios de los inmuebles ubicados en la manzana 45 del barrio Residencia Nº 1, de la Comuna de Potrero de Garay, hemos visto y sufrido la instalación de un “parador” en el medio de nuestras casas, en una zona totalmente residencial, como lo indica el nombre del barrio, en dos terrenos baldíos que dan al lago (nros. 42 y 43).

Dicho parador, que dice tener la habilitación municipal que no fue mostrada ante mi pedido, nos volvió locos con su música estridente (metálica y otras), hizo conexiones ilegales (usurpando la energía eléctrica y el agua del lote 44 de la manzana citada, poniendo en riesgo a quienes tocaran el alambrado, porque el cable se apoyaba en el mismo).

Los fuego artificiales que a la una del domingo hicieron explotar cayeron en nuestras casas por ser precisamente colindantes, con el riesgo de incendio que ello implica, ya que hay pinos en el lugar, haciendo la salvedad que no había bomberos.

Las peleas entre jóvenes borrachos, a la altura de nuestras tranqueras se multiplicaron, debiendo participar la policía.

Los autos pasaban por mi terreno pensando que podrían acortar camino, poniendo en riesgo a nuestros nietos que jugaban al fútbol en el patio.

Realmente no se entiende la decisión de la Comuna de Potrero de Garay de habilitar un negocio de este tipo, que rompe con toda la armonía del lugar.

En la página web de la comuna están las siguientes expresiones, que está alejada de la realidad:

“Potrero de Garay es un paraíso rodeado de sierras, el Lago Los Molinos y los ríos San Pedro, los Espinillos y Río del Medio, un valle donde los habitantes disfrutan del medio ambiente haciendo deportes al aire libre actividades como la pesca deportiva, navegación a vela, a remo, a motor, cabalgatas y trekking”. “Potrero de Garay crece basado en su historia y con un aporte de cada habitante que vivió y eligió este lugar para hacer de él, su hogar”.

Permitir la instalación de este parador en el lugar mencionado es ir precisamente contra la historia de Potrero, impidiendo disfrutar de su tranquilidad inspirada en el medio ambiente. Mi familia fue una de las primeras en habitar el lugar, luego de los Medinas, los Merlos, los Martínez, Los Iriartes, etcétera. Voy al Dique de los Molinos desde 1970. Mi padre pudo observar cuando lo hacían en 1953. Muchos de quienes participan de la actual conducción comunal no habían nacido por entonces.

No se trata de negarse a que los jóvenes tengan en Potrero un lugar en donde divertirse y bailar, pero de ninguna manera ese lugar puede estar en el medio del caserío. En última instancia, que el Sr. Intendente haga la prueba de modernizar la zona haciendo montar el escenario y la pista de baile en su terreno o en el baldío al lado de su casa.

El tema no es tan difícil de solucionar, hay que aplicar el sentido común. Permitir la instalación de un parador al lado de casas habitadas es ir en contra del vecino que paga, durante todo el año, sus impuestos. Es no reconocer su derecho al descanso y tranquilidad en un lugar que nació con esas características. La modernidad tiene límites. No todo debe aceptarse en pos de lo nuevo. Hay que darle el lugar que corresponde.

Ya hemos vivido, para el festejo de la primavera y en los últimos fines de semana de 2020 la misma situación de atropello. Jóvenes descontrolados y con exceso de bebida alcohólica, yendo y viniendo por toda la costa de la misma zona, amanecidos, con música fuerte toda la noche en sus autos, con la policía desbordada y sin saber qué hacer, ya que por momentos le atacaban los móviles con piedras y palos.

Tampoco tiene el debido control el uso de los cuadriciclos, motos y similares. Si la comuna no toma cartas en el asunto, como lo hizo en el verano del año pasado, el tema es peligroso y caótico. Los accidentes ocurridos dan muestra de ello. Como siempre, se debe esperar a una desgracia para que actúen los organismos competentes. Los “cuadri” andan todo el año, no solamente en el verano.

Todos esos eventos y reuniones, realizadas en la costa del lago, son ilegales por no tener la autorización provincial (Dirección de Hidráulica), la higiene necesaria (no hay baños) y sin los cuidados del Covid-19. Por ello, con buen criterio, la policía trata de correrlos. La gente se va por un rato y a la hora ya están de vuelta. Esa es la modalidad. Tal vez esa sea la razón por la cual ahora se hace la fiesta en un terreno privado, con la autorización municipal.

En todo Potrero hay dos agentes, un móvil policial y un juez de paz que tampoco puede encontrar en su casa.

Fui ingenuamente a la subcomisaria a denunciar que la música era muy fuerte y me dijo que no había nadie que me recibiera. Luego, sacando fotos del parador advertí que los agentes policiales estaban en el medio del predio preparado para el baile. La pregunta es: ¿Cómo les voy a pedir a los organizadores del evento que bajen el volumen de la música si los mismos policías están avalándolo con su presencia en el lugar?

Mi denuncia y la de otros vecinos ya fueron impuestas en la comuna y en la Subcomisaría de Potrero de Garay (Unidad Regional Departamental Santa María), a los efectos de iniciar el trámite ante la fiscalía de Alta Gracia, sin descontar otros recursos legales que aplicaremos, para lograr un recurso de amparo que impida la continuidad del parador. Videos, fotos y testigos avalan mis dichos.

En resumen: En Potrero de Garay falta sentido común y sobran los negocios.

Lo saludo atentamente, Pedro Eduardo Borrione

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