¿Puede un suicidio ser considerado un homicidio?

Por Jorge Vasalo

¿Puede un suicidio ser considerado un homicidio?

Cuando el 2 de julio del año 2021 la Cámara Tercera del Crimen condenó a prisión perpetua a Walter Insaurralde se plantó un mojón y se abrió una discusión doctrinaria que todavía está lejos de cerrarse. El condenado había abusado de su propia hija, Sathya Aldana, entre los 8 y los 14 años de edad. La joven jamás pudo superar esas vivencias tan aberrantes y luego de fracasar en algunos intentos a los 19 años terminó con su vida. Este caso había pasado inadvertido hasta que el fiscal de la Cámara, Marcelo Hidalgo, lo puso en su justa dimensión y pidió la inmediata detención de ese padre abusador, reciclado como pastor evangélico en Villa El Libertador. Ya en el juicio, Hidalgo impulsó una acusación jurídicamente novedosa al vincular el suicidio de Sathya con el stress postraumático ocasionado por las violaciones del padre. En efecto, la sentencia fue por unanimidad y la condena a prisión perpetua por Homicidio con motivo de Abuso Sexual; el tribunal consideró probado el vínculo entre los abusos y el suicidio de la víctima.

A mediados de 2023, la Cámara Sexta del Crimen y con jurados populares, se apoyó en el antecedente de Insaurralde y condenó a perpetua a los hermanos Cristian y Alejandro Céliz, quienes durante cinco años abusaron de sus hermanastras menores en Colonia Vicente Agüero, en el norte provincial. Una de las víctimas también se suicidó, y en los fundamentos los magistrados hicieron especial hincapié en los graves daños psíquicos sufridos por las víctimas y que fueron demostrados por la pericia psiquiátrica.

Algunos meses después, a finales de ese mismo año, fue la Cámara Doce del Crimen, también con jurados populares, la que condenó a perpetua a Horacio Tapia por abusar de su hija durante 18 años en un caso espeluznante que terminó con el suicidio de la joven en 2020 y cuando tenía 21 años de edad. También aquí se pudo confirmar que fue el gravísimo deterioro psico-emocional lo que la llevó a tomar tan drástica determinación.

Ahora, en los próximos días finalizará en la Cámara Tercera el juicio que se le sigue al ex titular de Protección Civil de la Provincia, Diego Concha, acusado por amenazas y coacción en contra de su ex mujer pero sobre todo por homicidio con motivo de abuso sexual de la bombera Luana Ludueña. Según la psiquiatra y la psicóloga que atendieron a la joven, y las que hicieron la autopsia psicológica, el presunto abuso de Concha sin dudas marcó un trauma importante para Luana al que luego se habrían sumado otras frustraciones y decepciones como en un “efecto cascada” hasta su muerte. De imponerse la prisión perpetua como posiblemente lo solicite el fiscal Fernando López Villagra, será la cuarta condena por hechos similares y desde el caso Sathya.

Ahora bien, para los abogados defensores no corresponde la aplicación de la máxima pena porque sostienen que un homicidio es cuando una persona mata a otra de manera directa, con o sin intención. Ellos consideran que el suicidio es una decisión personal, más allá de las motivaciones, y de los delitos anteriores cometidos por los acusados. Según los especialistas, los suicidios se pueden dar mayormente en dos situaciones; por ansiedad incontenible, pánico y desesperación, o por depresión, cuando la persona “ve todo negro” y sólo cree encontrar algo de paz con semejante resolución. Corresponde entonces, y desde lo estrictamente jurídico y doctrinario, la siguiente pregunta: ¿puede un suicidio (incluso en las circunstancias descriptas), ser considerado un homicidio calificado con la natural condena de prisión perpetua?

Por ahora, los fallos conocidos están a revisión del Superior Tribunal de Justicia y por eso se esperan las resoluciones del Alto Cuerpo, a sabiendas que diga lo que diga, lo más probable es que finalmente estas sentencias sean apeladas ante la Corte Suprema que en definitiva será la que tenga “la última palabra”.

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