Simbiosis: mutualismo, comensalismo y parasitismo

En las relaciones verticales de dominación y dependencia es muy común que se produzcan relaciones simbióticas de comensalismo y parasitismo.

Simbiosis: mutualismo, comensalismo y parasitismo

La simbiosis es un conjunto de interacciones entre organismos biológicos que pueden o no ayudarse a sobrevivir. Por ello hay tres tipos de simbiosis, mutualismo, comensalismo y parasitismo. En el primero se ayudan entre sí obteniendo ambos beneficios. En el segundo uno se alimenta o aprovecha del otro sin afectarlo negativamente y en el tercero uno de ellas se aprovecha a costa de la otra, pudiendo llegar a debilitar o matar a la especie huésped.

Trasladado esos conceptos a la especie humana y sus interacciones, también es posible reconocer los tres tipos de simbiosis.

En las relaciones verticales de dominación y dependencia es muy común que se produzcan relaciones simbióticas de comensalismo y parasitismo. En los casos más críticos que vemos en estos días en que unos poderes concentrados –tecnológicos, políticos, económicos, etc.- agudizan las diferencias entre ellos y el resto de la población, llegan a producir inevitablemente la invisibilización o extinción de enormes sectores de la población.

El comensalismo, que deriva del término comensal. O sea alguien que come a costa de otros ha sido común desde los años 70 en que se abandonaron las políticas redistributivas por las crisis presupuestarias y el abandono del patrón oro por los petrodólares.

El caso de los jubilados es un ejemplo del parasitismo de los sectores concentrados y el gobierno nacional, asume su peor cara con haberes paupérrimos, desfinanciación de su obra social, medicamentos y atención médica.

El aumento del armamentismo que solo beneficia a los complejos militares-industriales con una disminución de la formalización salarial, políticas redistributivas, y de protección de los derechos humanos es otro ejemplo de parasitismo agudo.

En una nota anterior sobre el feudalismo tecnológico, mencionaba a los señores feudales, sus vasallos y los súbditos cuyos roles se corresponden con relaciones simbióticas de comensalismo y parasitismo.

Feudalismo tecnológico

 

En la relación entre pares es común que las relaciones simbióticas sean del tipo mutualista en las que se ayudan entre sí, pero también hay comensalistas que también se denominan polizones comiendo o viajando a costa de otros, y algunas veces parasitarias que debilitan a sus huéspedes.

Las simbiosis comensalistas y algunas veces parasitarias no son posibles si no existe una intención manifiesta de algunos en dividir, agrietar o enfrentar a diversos grupos de pares en los que se priorizan intereses individuales antes que los colectivos.

Esto es común en organizaciones sindicales o profesionales, en las que algunos obtienen beneficios a costa de la lucha o el trabajo de otros pares o pueden llegar a destruir esos sistemas colectivos por la maximización de intereses individuales.

Entre estas divisiones podemos mencionar las batallas culturales que promueven el individualismo, las diferencias de intereses intergeneracionales, entre más o menos ricos, empleados y empleadores, trabajadores más o menos calificados, sexuales, religiosas, etc.

Evidentemente en las relaciones de colaboración, cooperación e integración las relaciones simbióticas asumen una característica mutualista, aunque no hay que descartar relaciones verticales en donde existe un parasitismo dirigente que solo puede evitarse con transparencia y un debate en el que se despejen dudas y propuestas.

Una conclusión parcial de este análisis, es que las relaciones de pares simbióticas mutualistas y virtuosas requieren una visión de largo plazo, sobre los intereses comunes, sin o con poca influencia de sectores dominantes que generen divisiones, grietas o enfrentamientos.

Como es obvio, ninguno de estos requisitos son simples de lograr, en especial en un contexto conflictivo, con medios y redes sociales que muestran las posiciones más extremas, las grietas y descalificaciones mutuas donde muchos, especialmente jóvenes, forman sus opiniones y comportamientos.

El comensalismo es típico de las actitudes abstencionistas, sin involucrarse activamente en una relación mutual, y no parece ser una alternativa beneficiosa en la que se ignora lo que nos ocurrirá si no se aporta al interés común de todos, comprometiéndose en las soluciones más que en encontrar culpables de lo ya ocurrido.

En los ámbitos empresarios, ha sido común observar que no existe un espíritu de cooperación en sus relaciones, salvo cuando se trata de reclamar a otros, especialmente los Estados, sin que ellos se traduzcan un desarrollo mutualista.

Sin embargo, el hartazgo de la población con la continua y extendida agresividad en los ámbitos públicos, impulsa cada vez a más gente a refugiarse en ámbitos familiares, de amigos, vecinos y pares en los que las relaciones humanas los contienen, aunque todavía requieren modos de organización que logren desarrollarse como formas simbióticas mutualistas.

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