Todos humanos, todos iguales

Todos humanos, todos iguales

Cada 10 de diciembre celebramos el Día Internacional de los Derechos Humanos para recordar que, en esta fecha, en 1948, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Desde entonces, este hito para la humanidad ha servido como base para un sistema de protección de derechos con especial foco en los grupos más vulnerables, como son las personas con discapacidad, los pueblos indígenas y los y las migrantes, entre otros.

En la Declaración, un concepto recurrente y clave es la «igualdad», una palabra con significado profundo que busca asignar el mismo valor y derechos a todos los seres humanos. Ahora bien, ¿qué significa esto en la práctica? ¿significa que todos debemos lucir de la misma manera, pensar de la misma forma o actuar del mismo modo? La respuesta es no, todo lo contrario.

Como menciona la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, la ex presidenta chilena Michelle Bachelet, «significa aceptar nuestra diversidad y reclamar que todos seamos tratados sin discriminación de ningún tipo. Significa que independientemente de quiénes seamos, a quién amemos o dónde vivamos, todos tengamos igualdad de oportunidades para vivir en dignidad, que todos y todas tengamos los mismos derechos».

En el mundo actual, enfrentamos desafíos preexistentes y algunos exacerbados por la crisis del Covid-19. La pandemia ha llevado al mundo a una encrucijada importante: o tomamos la ruta de la acción colectiva y abordamos de manera concreta las desigualdades generalizadas que han aumentado en todo el mundo, o continuamos en la ruta llena de injusticias profundamente arraigadas y desigualdades generalizadas.

La Argentina también debe sumarse a esa reflexión y continuar trabajando por garantizar los derechos de poblaciones, que, por mucho tiempo, han sido invisibilizadas, como los pueblos indígenas y los/as afroargentinos/as y afrodescendientes, quienes siguen sin ser reconocidos por su gran aporte a la construcción de la identidad argentina.

Además, se debe fortalecer el trabajo por la igualdad de género, el avance en los derechos de las personas con discapacidad, de las personas LGBTIQ+, de las y los migrantes y de personas refugiadas. También tratar con dignidad y respeto de sus derechos a las personas privadas de libertad.

Para contribuir a estas reflexiones, fortalecer la institucionalidad en la promoción y protección de los derechos humanos es esencial. Alentamos a las autoridades a cumplir con las recomendaciones de diversos mecanismos del sistema internacional y abordar una deuda pendiente desde el 2009: el nombramiento de el o la titular de la Defensoría del Pueblo de la Nación, a través de un proceso amplio, participativo y transparente y en línea con los Principios de Paris.

Las sociedades que protegen y promueven los derechos humanos son más resilientes y sostenibles, y están mejor preparadas para enfrentar crisis inesperadas. Abordar las desigualdades generalizadas y la discriminación estructural con medidas basadas en los derechos humanos requerirá de un compromiso político renovado, la participación de todos y todas, especialmente de los más marginalizado/as, y una distribución más justa del poder, los recursos y las oportunidades.

A medida que avanzamos en el camino hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible y de los compromisos de los países de no dejar a nadie atrás, debemos luchar por un mundo donde una vida de igualdad en dignidad y derechos sea una realidad para todos y todas.

En este contexto, la función que cumplamos cada uno y cada una en la búsqueda de igualdad, no discriminación y respeto de los derechos humanos, nos traerá resultados tangibles. En esta nueva conmemoración del Día Internacional de los Derechos Humanos, les invitamos a unir sus esfuerzos por la igualdad, para que nos recuperemos mejor y seamos una sociedad más justa y sostenible después de esta crisis.

 

Roberto Valent, coordinador residente del Sistema de Naciones Unidas en la Argentina; Jan Jarab, representante regional para América del Sur de la Oficina de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.

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