En medio de la crisis cambiaria que se desató en los primeros días de la semana y de las medidas económicas anunciadas para contrarrestar sus consecuencias en el bolsillo de los argentinos, el presidente de la Nación, Mauricio Macri, realizó ayer una reunión de Gabinete ampliado en el Centro Cultural Kirchner (CCK), donde volvió a mostrar su perfil de candidato a la reelección. En este contexto, el jefe de Estado arengó a su tropa al asegurar que “el dolor” los está “haciendo crecer”.
En este contexto, el mandatario nacional realizó una autocrítica respecto de los resultados de las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (Paso) y advirtió que tiene 70 días para revertir la historia. Ya en clave electoral, instó a sus funcionarios a “volver a conquistar la esperanza” de la gente de cara a las generales de octubre.
Del encuentro participó también la diputada nacional de la Coalición Cívica-ARI, Elisa Carrió. La aliada de la Casa Rosada dedicó palabras para los votantes y funcionarios del oficialismo y también para la oposición. “Yo voy a decir lo que yo quiera. Que los diarios digan lo que quieran. A mí no me importa”, lanzó Carrió.
En primer lugar, la legisladora atribuyó la derrota en las Paso a que “hay muchos tentados en volver a la comodidad del dictador”. También dijo que no le “asusta” el candidato del Frente de Todos, Alberto Fernández, quien según su consideración, “es tan ordinario”.
Luego se despachó contra los miembros de la alianza de la que forma parte: “No se borren, los que se borran son cobardes”. Finalmente, pese a que Fernández, le pidió a Macri que prevaleciera su rol como jefe de Estado por sobre su candidatura a la reelección, Carrió sostuvo que no los van a “sacar de Olivos”. Y en medio de un fuerte aplauso gritó: “Nos van a sacar muertos”.