A poco más de un mes de finalizar su gestión, el intendente de Villa María, Martín Gill, les exigió ayer a todos los funcionarios de su administración que renuncien a sus respectivos cargos. El jefe municipal, que el próximo 9 de diciembre terminará su gobierno para comenzar uno nuevo debido a que fue reelegido hasta 2023, aprovechó la sesión especial llevada a cabo en la víspera en el Concejo Deliberante para comunicarles la solicitud a los integrantes de su gabinete.
“Hasta diciembre voy a reflexionar sobre lo hecho, sobre los aciertos y los errores. Y voy a requerir la renuncia de todos los funcionarios que se desempeñan en el municipio para poder, con absoluta libertad, armar el mejor equipo para los tiempos que vienen”, explicó Gill en cuanto a la conformación de un nuevo equipo de trabajo. Si bien algunos de los actuales funcionarios son parte de la lista de concejales que asumirá en diciembre en el bloque mayoritario, por lo que se esperaba que no siguieran en el Ejecutivo, esta decisión generó sorpresa entre propios y extraños, debido a que el intendente villamariense no realizó ningún cambio en los primeros cuatro años de mandato. De esta forma, se genera cierta incertidumbre sobre quienes serán los elegidos para acompañarlo en la nueva gestión.
Cabe destacar que esta medida de Gill se registró en medio de la profundización de la grieta que sufre el PJ cordobés, que se puso de manifiesto durante la campaña para las elecciones generales en las que se impuso el Frente de Todos (FDT). Es que, en esa carrera por la presidencia, el gobernador Juan Schiaretti decidió no inclinarse por ningún candidato, lo que generó el disgusto de la otra parte del peronismo liderada por el senador nacional Carlos Caserio, que apoyó a Alberto Fernández. En este sector se encuentra Gill, quien en su mensaje de la víspera destacó que en el inicio de “un nuevo ciclo a nivel nacional, tengo la esperanza de que podamos cerrar los enfrentamientos. Con todos, vamos a transitar la nueva etapa que nos toca”.