Los 20 países más industrializados del mundo (G20) prometieron ayer hacer «frente común» ante el nuevo coronavirus y adoptar las medidas «que hagan falta» para minimizar el daño social y económico que está generando la pandemia, al tiempo que afirmaron que están inyectando cinco billones de dólares en la economía global.
Lo hicieron a través de un comunicado conjunto al término de una reunión por videoconferencia de líderes del organismo. Durante las deliberaciones, el presidente Alberto Fernández sugirió que los países «compartan la visión» de la Argentina de hacer primar la salud frente a la economía ante el brote que no respeta fronteras y, en ese sentido, impulsó «diseñar y suscribir un gran pacto de solidaridad global» ya que «ha quedado visto que nadie se salva solo».
El mandatario afirmó que en estos momentos «no hay lugar para demagogia ni improvisaciones», ya que el mundo «enfrenta el dilema de preservar la economía o la salud de nuestra gente» y ratificó que la Argentina «no duda en proteger integralmente la vida» de las personas.
«La urgencia que marcan las muertes nos obliga a crear un Fondo Mundial de Emergencia Humanitaria que sirva para enfrentar, mejor equipados de insumos, el contexto que vivimos», planteó Fernández al hablar a través de una videoconferencia de la que participó desde la residencia de Olivos. Además, el Presidente celebró que el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial «adviertan el ocaso del presente» y «reconozcan lo insostenible de las deudas que soportamos los países más postergados».
Fernández pidió a los miembros crear un fondo de emergencia humanitaria para enfrentar la pandemia; reclamó hacer primar la salud frente a la economía
Un planteo similar manifestó desde Moscú el presidente Vladimir Putin, quien propuso crear un fondo especial para apoyar a los países afectados por la epidemia bajo el patrocinio del FMI» y «dar el derecho de tomar dinero en préstamo a cualquier miembro del organismo de manera proporcional a su propia cuota aportada en la economía global y a intereses cero por un largo período de tiempo».
El jefe de Estado hizo su intervención luego de los representantes de la OMS y la ONU, y los presidentes Donald Trump (EE.UU), Xi Jinping (China), Shinzo Abe (Japón) y Giuseppe Conte (Italia). Al parecer, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, no participó de las conversaciones por problemas técnicos.
Fernández con curas villeros
El presidente Alberto Fernández recibió el miércoles último en la residencia de Olivos a sacerdotes que trabajan en asentamientos y barrios populares –denominados «curas villeros»-, quienes llevaron sus propuestas para reforzar la atención sanitaria en esos territorios. Durante el encuentro, el jefe de Estado se comprometió a «profundizar» la asistencia alimentaria en esos barrios. Los sectores más humildes, los que hacen changas: no están abandonados, estamos ocupándonos de ellos”, dijo. Al conocerse la cuarentena, los sacerdotes habían advertido que había disposiciones oficiales que iban a «resultar imposible o de muy difícil cumplimiento» en esos sectores. Fernández también agradeció la tarea de los camioneros, cuyo gremio es conducido por Hugo Moyano. Lo hizo en medio de las complicaciones que enfrenta el transporte de cargas en todo el país por las restricciones a la circulación.
Una recesión peor que la Gran Depresión
En pocas semanas, el coronavirus y el confinamiento de millones de personas casi han aniquilado la economía mundial, hasta el punto de que algunos expertos prevén la recesión más violenta de la historia moderna, quizás peor que la Gran Depresión de los años treinta del siglo XX. Esta irá además acompañada de una disparada del desempleo. Su alcance dependerá de las medidas que tomen gobiernos, bancos centrales e instituciones internacionales, y de la duración de la crisis sanitaria.
«Las economías del G20 sufrirán un golpe sin precedentes en la primera parte del año y se contraerán en 2020 antes de repuntar en 2021», predijeron ayer los economistas de la agencia de calificación Moodys. El secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde), Ángel Gurría, estimó que la economía mundial sufrirá «durante años».
Es probable que la crisis actual sea más grave que la de 2008, ya que esta vez afecta no sólo al sistema financiero sino a toda la economía, con un colapso de la producción y por tanto de la oferta, y también de la demanda, debido a los millones de personas confinadas.
El transporte, el turismo y la distribución se ven particularmente afectados, aunque algunos sectores están mejorando: los productos farmacéuticos, la industria de equipo médico y productos sanitarios, la alimentación y el comercio en línea.
Según Moodys, los países del G20 deberían sufrir colectivamente una contracción del 0,5% de su Producto Interior Bruto (PIB) este año. En Estados Unidos, será de -2% y en la zona euro de -2,2%. Se espera que China crezca un 3,3%, un ritmo muy débil para ese país, añade la agencia.