A dos semanas de los comicios, el debate presidencial mostró a los candidatos más ofensivos

Bullrich, Milei, Schiaretti, Massa y Bregman fueron más agresivos que en la primera ronda. La postulante de JxC fue la más enfática a la hora de atacar a sus rivales, mientras el libertario cometió errores y el oficialista fue el que exhibió más propuestas

A dos semanas de los comicios, el debate presidencial mostró a los candidatos más ofensivos

El segundo debate de cara a las elecciones presidenciales del 22 de octubre mostró a los cinco aspirantes en juego, Patricia Bullrich (Juntos por el Cambio), Javier Milei (La Libertad Avanza), Sergio Massa (Unión por la Patria), Juan Schiaretti (Hacemos por nuestro país) y Myriam Bregman (Frente de Izquierda y de Trabajadores -Unidad) lanzados a una ofensiva más decidida para tratar de captar nuevos votantes, con una actitud de ataque hacia sus contrincantes que los sacó del formalismo que había dominado al primer encuentro y por tanto los dejó más expuesto a errores.

Esa intensidad que estuvo ausente en gran parte de la justa del 1 de octubre pasado dejó cruces interesantes que se replicaron inmediatamente en las redes sociales, que funcionaron como caja de resonancia en vivo de las vicisitudes del encuentro, que estuvo dedicado esta vez a tres ejes temáticos: “Seguridad”, “Trabajo y producción” y “Desarrollo humano, vivienda y protección del ambiente”.

Ya desde el inicio, el cambio más radical respecto al primer debate se vio en la postulante de JxC, quien salió a la ofensiva con una actitud más dura y enérgica la hora de interpelar a sus rivales, aunque volvió a mostrar problemas cuando tuvo que responder los cuestionamientos y articular argumentos propios con propuestas que salgan de sus slogans más conocidos de campaña. Bullrich intentó aprovechar el escándalo del ex jefe de Gabinete bonaerense, Martín Insaurralde, como trampolín para hablar de “la corrupción kirchnerista” y poner a su rival de UxP en problemas: una y otra vez, volvió al tema o a hitos oscuros como los bolsos de Juan José López para dejar en evidencia a su rival. “Para cambiar hay un solo camino, terminar con los Insaurraldes y las mafias. Massa no puede porque es uno más de ellos; Milei se ha asociado con ellos”, dijo ya en la apertura del debate. Sin embargo, se mostró confusa a la hora de explicar sus propuestas, sin terminar de exponer iniciativas concretas, y se complicó a la hora de responder los cuestionamientos de sus rivales.

La cara opuesta fue Massa, quien tuvo que atajar críticas de todos sus rivales por su gestión al frente del ministerio de Economía y su participación en el Gobierno de Alberto Fernández, pero aprovechó cada oportunidad para presentar nuevas propuestas concretas en todos los temas del debate, mostrándose calmo y en control, utilizando datos concretos que le sumaron verosimilitud a su palabra. Si bien tuvo que responder por el caso Insaurralde, se anotó un triunfo inicial al enrostrarle a Bullrich los escándalos del diputado Gerardo Milman (JxC), que sigue en el cargo y forma parte de sus asesores. A la vez, interpeló a Milei por su forma de tratar a las mujeres – “hasta acá llegaste: dejá de faltarles el respeto”, lo interpeló-, haciendo un guiño al voto femenino para un virtual ballottage.

Sin embargo, lo principal de Massa fueron las propuestas: desde la creación de un “FBI argentino” con sede en Rosario para combatir “crímenes trasnacionales” como la corrupción, el narcotráfico y la trata de personas, al uso de terrenos ociosos del Estado para generar 2.000.000 de terrenos para viviendas populares; el postulante de UxP fue el que más propuestas concretas tuvo para ofrecer. Su flanco débil estuvo en que fue el blanco constante de todos sus rivales, lo que lo dejó expuesto cuando se terminaron los derechos a réplicas.

Lo poco que cambió Milei fue, acaso, para mal: sin perder los estribos, por momentos se mostró más encolerizado y fue más confuso a la hora de exponer sus propuestas. Tal como ocurrió con el tema de los derechos humanos en el primer debate, aquí volvió a tener problemas a la hora de defender sus propuestas más polémicas y se mostró abstracto y teórico al explicar sus ideas pese a prolífica utilización de cifras estadísticas. Al responder sobre el cambio climático, terminó negando el fenómeno y aseguró que “no vamos a adherir a la agenda 2030 porque no adherimos al marxismo cultural”, al igual que se complicó al explicar su voto negativo a la ley de cardiopatías congénitas, entre otros furcios. Más eficiente a la hora de ir al ataque con la muletilla de la “casta”, Milei acaso se vio ensombrecido por la efervescencia de sus rivales, especialmente Bullrich, quien le enrostró su vínculo con el sindicalista Luis Barrionuevo. “Bullrich, vos también tenés un montón de chorros en tus listas”, llegó a decir, antes de acusarla de “montonera asesina”. Otro punto débil es que también fue el candidato más desmentido en las redes sociales.

Bregman, a su vez, volvió a mostrar su eficiencia para estos tipos de debates, aunque no se destacó tanto como en el primer debate. Esta vez, eligió como principales blancos de sus críticas a Milei y Bullrich, con quienes protagonizó verdaderos cruces sobre los temas de inseguridad, mano dura -”¿Hasta qué edad quiere bajar la edad de imputabilidad, los 12, los 10, el jardín de infantes?”, le respondió a Bullrich-, y medio ambiente, aunque mostró pocas ideas propias a la hora de hacer propuestas concretas.

Diferencias sobre el conflicto en Medio Oriente

Los cinco candidatos presidenciales que competirán en las elecciones del próximo 22 de octubre hicieron referencia ayer, en el inicio del debate, al conflicto bélico entre Israel y las milicias de Hamas, aunque con diferencias sustanciales.

Tanto la postulante Patricia Bullrich (JxC) como los aspirantes Javier Milei (LLA) y Juan Schiaretti (Hacemos por nuestro país) expresaron su “solidaridad con el pueblo de Israel”; mientras que Sergio Massa (UxP) lo hizo con “todas las víctimas de un ataque terrorista brutal que enluta al mundo” y aseguró que incluirá a Hamas entre las organizaciones terroristas en Argentina.

A su vez, la candidata Myriam Bregman (Frente de Izquierda y de Trabajadores -Unidad) expresó su dolor por las “víctimas civiles” que ocurren en un conflicto que tiene “como base la política del Estado de Israel de ocupación y apartheid contra el pueblo palestino”.

Desmentidas en vivo por los trasplantes

La presencia del debate presidencial en las redes sociales permitió algunos fenómenos novedosos, como las desmentidas en vivo de las afirmaciones de los candidatos. El más desmentido fue el candidato de La Libertad Avanza (LLA), Javier Milei, quien apostó en el debate a lanzar datos estadísticos para reforzar sus argumentos.

Por ejemplo, al responder una pregunta sobre la venta de órganos -propuesta que había lanzado en televisión- aseveró que “nosotros decimos que hay 7000 personas esperando un transplante y 300.000 potenciales donantes y algo que no funciona en el medio y genera un montón de corrupción”.

“Milei ignora cómo funciona el sistema de donación de órganos. La versión de que hay 350.000 órganos guardados para pacientes en lista espera es una aberración matemática”, respondió desde la red X el titular del Cudaio (el organismo que regula los trasplantes en Santa Fe), Armando Mario Perichón.

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