El rechazo a la clase política y a las figuras centrales de los principales partidos políticos y, sobre todo, la idea de que la política tradicional “no sirve para nada” son algunos de los principales motivos que llevarían a un sector de la ciudadanía a votar al precandidato presidencial de La Libertad Avanza, Javier Milei, quien competirá en las Paso del próximo domingo.
Al mismo tiempo, se menciona la oposición al cobro de impuestos y al aporte de las grandes fortunas, junto con una valoración negativa hacia quienes venden en la calle y cuidan autos, y respecto de los reclamos feministas, a los cuales consideran “excesivos”.
Esta información, difundida días atrás por la Unidad Central de Comunicación Institucional del portal UNCiencia, se vio reflejada en el marco de un estudio realizado por un equipo de docentes e investigación de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Córdoba, junto con otras instituciones. El proyecto forma parte del Programa de Investigación de la Sociedad Argentina Contemporánea (Pisac Covid), y contó con el financiamiento del Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación.
En el comunicado se dio cuenta que el fuerte y acelerado crecimiento de la ultraderecha en Argentina se sustenta en vastos sectores de la sociedad que no sólo no adhieren a las dos coaliciones políticas mayoritarias, sino que expresan un rechazo por ambas. A 40 años de la recuperación de la democracia, se estaría constituyendo una nueva identidad política post partidaria, extrema y anti establishment, en un país con un sistema de partidos institucionalizado.
Así se desprende del análisis de dos encuestas nacionales que fueron respondidas por 3.296 y 7.130 personas, respectivamente, y que recogen la opinión de los votantes de Milei sobre temas vinculados a la política. Las encuestas se implementaron en siete regiones del país.
Los sondeos indagan sobre las percepciones y actitudes de la ciudadanía argentina acerca de la vida política en general, profundizando en aspectos más específicos, como el nivel de intolerancia o bronca hacia la política, cuán útil es para la sociedad, o el grado de adhesión a la democracia. A partir de las respuestas obtenidas, se buscó caracterizar los rasgos generales de la subjetividad política de quienes votan o simpatizan con la expresión de la derecha más radical en el país.
Las conclusiones indican que las personas que apoyan al candidato liberal lo hacen por diferentes razones: “por disconformidad con el resto de los partidos”, porque están “hartas de la política y el Estado”, “para acabar con la casta política”, o porque “acuerdan con las ideas que defiende esa fuerza”.
“En general, muestran un importante rechazo hacia la política, pero no tienen posiciones antidemocráticas. Es decir, no hay una relación significativa entre ser simpatizante de Milei y apoyar o no a la democracia, es similar al resto de la sociedad: si apoyás a Milei no tenés una actitud particular sobre la democracia”, explica Valeria Brusco, politóloga, docente de la UNC e integrante de la Red Federal de Investigadores Electorales del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC) y la Red de Politólogas.
Aunque no son antidemocráticas, advierte que estas nuevas identidades políticas se asocian con espacios políticos extremistas -como La Libertad Avanza- que cuestionan aspectos logrados por el consenso democrático, incluso desde el interior del sistema político.
Este grupo de personas mantiene una actitud negativa hacia la política (“son todos y todas iguales”, 47%), y muestra poco interés e involucramiento en política (18%). Además piensa que “la política alguna vez sirvió pero ya no sirve para nada” (33%), y la considera una herramienta “inútil” en la actualidad.
También se evaluó la asociación entre las actitudes favorables al espacio libertario con la bronca hacia las figuras políticas centrales de los partidos mayoritarios del país. Así, entre quienes rechazan al mismo tiempo a Cristina Fernández de Kirchner y Mauricio Macri, el 63% son libertarios y libertarias.
“Ser simpatizante de Milei está asociado con pensar que actualmente la política es inútil y no sirve para nada, y además con tener rabia e intolerancia hacia quienes dirigen los principales partidos políticos. En ese sentido, podemos decir que una gran mayoría de libertarios y libertarias son anti dirigentes de partidos mayoritarios, y muestran desencanto y desilusión hacia la actividad política en general”, asegura la politóloga.
Opinión sobre impuestos y reclamos feministas
De las encuestas también surge que quienes apoyan al candidato liberal están en contra del aporte de las grandes fortunas (80%) y consideran que el principal problema del país son los impuestos que se cobran al sector empresario (33%).
Además, piensan que los reclamos feministas son “excesivos” (expresa esa opinión el 60% de Libertarios/as), y rechazan el derecho al aborto legal (53%).
La actitud de rechazo también es mayor en este grupo de votantes hacia las personas que cuidan autos en la calle o “naranjitas”, y venden de manera informal en la vía pública, a quienes consideran “hay que sacarlas de calle”, o “meterlas presas”. En ambos casos, se registró una asociación estadísticamente significativa.
Más allá de estos resultados, Brusco destaca que los y las votantes libertarias tienen posiciones que no coinciden completamente con aspectos centrales del discurso y programa político de Milei.
“En los datos obtenidos vemos que el programa de La Libertad Avanza no es compartido del todo por sus simpatizantes. Esa falta de coincidencia muestra que no se trata de una identidad política consolidada, sino más bien de un proceso de identificación política en construcción, no cerrada”, apunta la politóloga. En ese sentido precisa que en esa fuerza conviven elementos contradictorios, por ejemplo, democráticos y antidemocráticos, al mismo tiempo.
Y advierte que, aun cuando se trate de identidades políticas precarias y en construcción, puede ser peligroso minimizarlas.
“Es un error actuar como si quienes votan a Milei no tuvieran sustento y fueran una ilusión pasajera. Y es un modo de contribuir a la expansión y consolidación de una derecha radical en el país anclada en los y las ciudadanas”, asegura.
En ese sentido, destaca que es necesaria más investigación y profundización para reconocer si se trata de un proceso de consolidación de una nueva identidad partidaria que implica una erosión de la confianza en el sistema democrático.
Marco institucional del proyecto
Las conclusiones publicadas surgen del proyecto “Identidades, experiencias y discursos sociales en conflicto en torno a la pandemia y la pospandemia”, y forman parte del “Programa de investigación de la Sociedad Argentina Contemporánea (PISAC). Las ciencias sociales y humanas en la crisis COVID-19 (Agencia I+D+i)”.
Se utilizaron dos encuestas realizadas entre 2021 y 2022 en el marco de la Red Encrespa. Una de ellas, online, fue de 3.296 casos y se aplicó el mismo cuestionario a través de Facebook e Instagram. Y la segunda encuesta (mayo 2022), con un cuestionario diferente, y respondida online por 7.130 personas.