Sin la presencia del gobernador bonaerense Axel Kicillof, a horas del primer aniversario de la gestión de Javier Milei, Cristina Fernández de Kirchner asumió ayer la presidencia del Partido Justicialista (PJ) con un largo discurso donde trazó una hoja de ruta para el espacio y se centró en cuestionar el modelo del actual jefe de Estado al aseverar que “el ajuste no fue contra la casta sino contra los jubilados”.
“¿Quién va a invertir en una fábrica si tengo un sistema financiero que permite ganar en dólares el 50%?”, dijo la ex vicepresidenta, quien consideró que el discurso de Milei por su aniversario estuvo “desconectado de la realidad, fue repetitivo y con desconocimiento” de la economía. “Este Gobierno no tiene un modelo productivo”, subrayó en la sede de la Umet, donde enfatizó que “estamos nuevamente en un ciclo de depredación y apropiación”.
“Lo que está viviendo la Argentina es más viejo que el sol: es un modelo de valorización financiera, es la tercera experiencia, la cuarta. ¿Qué es? Es la guita que se invierta en timba”, enfatizó Fernández de Kirchner, quien cuestionó el “carry trade” que impulsa el Gobierno, con “una rentabilidad asegurada en dólares del 50%”.
Tras cuestionar sutilmente a la CGT -que tampoco estuvo en el acto- por su inactividad, advirtió que “hay una aceptación de la sociedad a una suerte de ajuste violento contra algunos sectores”; a la vez que apuntó contra el anuncio de Milei sobre un acuerdo con Estados Unidos.
“Mencionó un tratado de libre comercio con Estados Unidos. ¿Nadie le avisa que no somos complementarios con Estados Unidos? Somos competitivos”, enfatizó y advirtió que el PJ “tiene cinco tareas fundamentales que debe cumplir: debe formar cuadros políticos (…), pero también debe informar, planificar, divulgar y organizar”.
Tampoco se privó de cuestionar a Kicillof, sin nombrarlo, al aseverar que “hay dirigentes convertidos en militantes electorales” y llamó a “volver a recuperar el rol de militantes políticos, porque no puede ser que todo se reduzca a una pelea electoral, esto es parte del desastre general de la política argentina”.