La Cámara de Diputados aprobó anoche y envió al Senado el proyecto de ley de reforma del Impuesto a las Ganancias elaborado por el Ejecutivo, en una votación que mostró una división absoluta del campo político: la iniciativa oficial obtuvo media sanción con el respaldo de 135 legisladores del Frente de Todos, bloques provinciales, la Izquierda y los libertarios, entre otros, y 103 votos en contra en su mayoría de Juntos por el Cambio (JxC).
La discusión reflejó el clima electoral que atraviesa el país, con la principal alianza opositora intentando argumentar su rechazo a una iniciativa que supo formar parte de su plataforma de campaña en 2015. Los legisladores de JxC argumentaron que el proyecto, que calificaron de “electoralista” e “irresponsable”, profundizará el rojo fiscal (según la Oficina de Presupuesto del Congreso, el impacto fiscal de la ley sería de 0,83% del PBI) y que, al no ser compensado con una reducción del gasto, terminará siendo financiado con más emisión, por lo que “alentará la inflación”.
“Esto no es una baja de impuesto: es una estafa. Esto se pagará con más inflación, porque esta baja de impuestos no está balanceada con ninguna baja de gasto público”, argumentó por ejemplo José Luis Espert (JxC); mientras su par Luciano Laspina dijo que “la campaña electoral de (Sergio) Massa es la más cara del mundo”, en referencia a su costo fiscal, y alertó por el peligro de “una hiperinflación”.
Sin embargo, la posición de JxC generó el rechazo no sólo del oficialismo sino también de los partidos de izquierda e incluso de La Libertad Avanza (LLA). Su referente y candidato presidencial, Javier Milei, respaldó la medida y argumentó que “llama la atención el planteo de la oposición amarilla: ¿Tan preocupada está por votar algo en conjunto con el kirchnerismo? Es una ley para bajar impuestos, ya les votaron el Presupuesto, la Ley de Góndolas, la Ley de Alquileres”, enumeró y consideró que “es un delirio descomunal tratar al salario como Ganancia, es inmundo y por ende tiene que ser eliminado”.
“Siempre sostuvimos que el salario no es Ganancia, pero no solo en este recinto; también en la calle, en los sindicatos, en los gremios”, agregó la también candidata presidencial y diputada del FIT, Myriam Bregman. Incluso cinco diputados del radicalismo se abrieron de la posición de JxC y votaron a favor: “Se corrige algo que había que corregir, pero se corrige mal, porque lo hacemos de una manera populista”, argumentó el referente de Evolución Radical, Emiliano Yacobitti.
Desde el oficialismo, Carlos Heller destacó que “no podemos olvidarnos que la iniciativa fue promesa y eje de campaña de gobiernos anteriores, promesa que no solo no se concretó sino que (durante la gestión de Mauricio Macri) se elevó la cantidad de trabajadores alcanzado por el impuesto”.
Un grupo de diputados presentó además un proyecto que propone una compensación a las provincias vía impuesto al cheque, ante la pérdida de ingresos por las modificaciones en Ganancias. Entre ellos, se encuentran los cordobeses Natalia de la Sota e Ignacio Aresca (Córdoba Federal). Lo cierto es que la iniciativa elimina la cuarta categoría del Impuesto a las Ganancias –que alcanzaba a los trabajadores- y establece un nuevo tributo para gravar los ingresos que superen los 15 salarios mínimos, vitales y móviles, monto que hoy equivaldría a $1.770.000. Asimismo, se incorpora una escala progresiva para estos mayores ingresos, cuyas alícuotas oscilan entre el 27% y el 35%. De aprobarse, solo 88.000 contribuyentes quedarían sujetos al impuesto, “lo que representa menos del uno por ciento (1%) del total de las remuneraciones, jubilaciones y pensiones”, afirma el texto.