El insólito incidente diplomático desatado con Ecuador por la fuga de la ex ministra correísta María de los Ángeles Duarte Pesantes a Venezuela desde la embajada argentina en Quito -donde se encontraba asilada-, sigue creciendo raudamente al ritmo de las versiones cruzadas que brindan los gobiernos de ambos países.
Ocurre que el canciller ecuatoriano, Juan Carlos Holguín, hizo fuertes acusaciones en las últimas horas contra el embajador argentino en Venezuela, Oscar Laborde, y su par en Ecuador, Gabriel Fuks, a quien el martes expulsó del país tras declararlo “persona no grata”. Concreta-mente, Holguín insinuó que Fuks “liberó” de policías la zona para que Duarte Pesantes se escapara el fin de semana pasado de la sede diplomática argentina en Quito e insinuó que el operativo contó con la complicidad del representante argentino en Venezuela, Laborde.
“En el peor de los casos, hubo complicidad”, sostuvo Holguín al declarar el miércoles ante el Congreso de la Nación, donde incluso sugirió que el propio presidente Alberto Fernández habría admitido durante una conversación telefónica la participación de los embajadores Fucks y Laborde en la fuga de Duarte Pesantes, quien había pedido asilo político a Argentina en 2020, algo que nuestro país aprobó el año pasado, aunque el gobierno de Guillermo Lasso jamás le permitió salir de la embajada nacional en Quito.
El jefe de Estado y su canciller Santiago Cafiero no podían creer las declaraciones de Holguín ante los diputados ecuatorianos, según revelaron en la Casa Rosada. Pero el jefe de la diplomacia ecuatoriana ratificó ayer sus acusaciones en una entrevista televisiva, donde dijo que los “partes policiales” ratifican que tanto el embajador Fuks como el encargado de negocios de Argentina en Quito, Adrián Biotti, habían solicitado “varias veces al área internacional de la policía que se retiren los vehículos” de la zona de la embajada. Ocurre que la principal hipótesis de la fuga es que Duarte Pesantes salió escondida en un auto con chapa diplomática el fin de semana pasado.
Sin embargo, todas las acusaciones son desmentidas por el gobierno argentino, que si bien admitió que Fernández conversó con el ministro de Relaciones Exteriores ecuatoriano apenas se enteró del incidente, aclaró que en ese diálogo el Presidente argentino enfatizó que el Gobierno no tuvo ninguna responsabilidad en la fuga de la ex ministra de Rafael Correa, condenada en Ecuador por actos de corrupción, ya que Argentina no tenía el deber de custodiarla. Incluso, Fernández habría argumentado que Ecuador está usando a la Argentina para encubrir un error gravísimo cometido por la administración de Lasso.
“Es lamentable que continúe el compendio de anécdotas y ninguna prueba que sustente la posición del gobierno de Ecuador. La falta de profesionalismo o las urgencias de política interna no van a definir la relación entre dos pueblos hermanos”, ratificaron ayer los voceros de Cancillería, mientras que otras fuentes del Gobierno indicaron que “es una locura que un canciller divulgue conversaciones privadas con un Presidente sin su permiso. Hacen política para evadir sus propias responsabilidades”.
Ante la trascendencia de la noticia, empero, el propio canciller ecuatoriano salió anoche a calmar las aguas y destacó la “histórica relación bilateral” con la Argentina, a la vez que expresó su deseo de que en “poco tiempo sea superado el conflicto”. “Tenemos muchos ecuatorianos en Argentina, hay muchos argentinos en Ecuador. Hay una relación histórica bilateral a nivel comercial, a nivel inclusive diplomático y los Gobiernos somos transitorios. Esto en poco tiempo tendrá que ser esclarecido y rectificado y volveremos a tener un embajador (argentino) en Ecuador”, sostuvo Holguín a la prensa. La realidad se conocerá pronto, ya que Alberto Fernández y Guillermo Lasso se verán el viernes y sábado de la semana próxima en la XXVIII cumbre Iberoamericana que se realizará en República Dominicana.