El papa Francisco se encontró ayer con Sor Geneviève Jeanningros, sobrina de Léonie Duquet, una de las dos monjas francesas secuestradas y asesinadas por orden de Alfredo Astiz durante la última dictadura cívico-militar.
Jeanningros lleva adelante hace más de 50 años, junto con la hermana Anna Amelia, una pastoral de cercanía con las comunidades del espectáculo itinerante y del circo. Francisco hizo una pausa en sus vacaciones y visitó a la monja católica francesa, que también trabaja desde hace décadas con la comunidad LGBTQ+, en el barrio romano de Ostia.
La visita, que comunicó oficialmente el diario vaticano, se produce en medio de la polémica y el repudio que se generó en la Argentina por la visita de un grupo de diputados de La Libertad Avanza a Astiz y otros genocidas condenados por delitos de lesa humanidad en la cárcel de Ezeiza.
Se trata de Beltrán Benedit, Lourdes Arrieta, Alida Ferreyra, Guillermo Montenegro y María Fernanda Araujo. Astiz fue condenado a cadena perpetua en 2011.
Previamente había sido condenado en ausencia en Francia por la desaparición de las monjas Alice Domon y Léonie Duquet, secuestradas en 1977, torturadas en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) y arrojadas al mar en los “vuelos de la muerte” ordenados por Astiz.