El gobernador de Jujuy y titular de la UCR, Gerardo Morales, lanzó ayer por la tarde oficialmente su precandidatura a presidente en un acto en el teatro Gran Rex, en Capital Federal, donde dijo que el radicalismo «no es un partido parlamentario» sino que encarna «la energía transformadora» de la coalición opositora.
«El radicalismo no es un partido parlamentario sino de gestión, un partido de Gobierno, un partido de responsabilidad», insistió Morales en su discurso, en alusión al rol que pretende para el partido centenario en caso de un hipotético futuro gobierno de Juntos por el Cambio, en lo que implica la búsqueda de algo diferente a lo que ocurrió entre 2015 y 2019.
En esa línea, el presidente del Comité Nacional del radicalismo aseguró que su partido «más que nunca» es la representación de «la energía transformadora» al interior de la coalición.
«Le aportamos federalismo a Juntos por el Cambio. Le aportamos visión real porque en cada rincón del país hay un comité radical que pone la cara a su pueblo», remarcó Morales, y así ensayó un contrapunto con las características del resto de los partidos de JxC, como el PRO, la Coalición Cívica y Encuentro Republicano Federal.
En ese sentido, el gobernador jujeño ejemplificó -ante un auditorio lleno de militantes y dirigentes radicales- con los gobiernos provinciales de Mendoza y Corrientes, ambos administrados por el radicalismo.
«Acá están varios gobernadores, están Gustavo (Valdés) y ‘Rody’ (por Rodolfo Suárez), que vienen gobernando bien Corrientes y Mendoza. Tenemos 412 municipios en Argentina. No nos van a decir cómo poner la cara frente a nuestro pueblo y hacerlo con responsabilidad», resaltó Morales.
Asimismo, indicó que existe «una falsa contradicción» en la supuesta contienda «Estado versus mercado», y que en caso de llegar a la Presidencia su objetivo será «tanto Estado como sea necesario».
«Hoy, más que nunca, están vigentes los principios que le dieron origen fundacional a nuestro partido y que tenemos que llevar como abanderados en el marco de Juntos por el Cambio», exhortó.
Durante su exposición, que comenzó pasadas las 19, Morales sostuvo que quiere llegar a la Casa Rosada para «transformar el país» y «dar vuelta una Argentina» que está «patas para arriba», una situación que -según él- pudo revertir en Jujuy, que gobierna desde 2015.
«Nos están dejando un país patas para arriba. La inflación que tenemos genera pobres todos los días», dijo el mandatario, y criticó al presidente Alberto Fernández, a quien le reprochó falta de «liderazgo» y «carácter».
Además, hizo énfasis en que se deben «generar cambios en la política» y planteó que la actividad debe dejar de ser «el refugio de los corruptos».
«Tenemos que terminar con los fueros para la política. Sin fueros Cristina (Fernández de Kirchner) estaría presa», cargó Morales sobre la situación judicial de la Vicepresidenta, a quien el Tribunal Oral Federal (TOF) 2 condenó en primera instancia a seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos en el marco de la causa Vialidad.
Desde esa lógica, Morales reivindicó la prisión de la dirigente social Milagro Sala, encarcelada desde hace siete años, quien fue detenida al mes de la asunción de Morales en la provincia, cuando intentaba liderar un acampe frente a la Casa de Gobierno de Jujuy.
«Se los digo porque en Jujuy está presa la corrupción. Milagro es esa cara visible de la corrupción en Argentina», llegó a decir el gobernador jujeño.
Previo al discurso, se proyectó en una pantalla gigante un video que resumía los presuntos hitos de la administración de Morales en Jujuy, con el eje puesto en las derivaciones de la industria del litio y del cannabis medicinal.
En otro pasaje del video, Morales contaba en primera persona la historia de vida de su familia, su militancia radical y su llegada al gobierno jujeño tras 32 años de gobiernos justicialistas.
Entre los referentes de la UCR que presenciaron el lanzamiento del precandidato estuvieron los gobernadores Suárez (Mendoza) y Valdés (Corrientes) junto a los diputados Mario Negri, Julio Cobos, Martín Lousteau, Martín Tetaz, Emiliano Yacobitti y Ricardo Buryaile.
También asistió la vicepresidenta del Comité Nacional del radicalismo, María Luisa Storani, y el diputado y presidente de la Coalición Cívica, Maximiliano Ferraro.
Así como no hubo dirigentes del PRO, tampoco estuvieron en la jornada los referentes radicales Gastón y Facundo Manes ni el titular del Comité Provincia de la UCR bonaerense, Maximiliano Abad.
El acto se fue postergando aunque la llegada de militantes y referentes radicales al histórico teatro de la avenida Corrientes comenzó a las 16, cuando en la puerta de comenzó a congregar gente hasta que se cortaron todos los carriles.
Allí podían observarse cientos de personas con banderas rojas y blancas, gorras de la UCR y remeras estampadas con el nombre de Gerardo Morales y un bandera argentina, mientras que otras camisetas solo portaban la consigna «Mística» y el escudo rojiblanco del radicalismo.
Pasadas las 17 arribó al teatro una columna de la Juventud Radical que levantaba por el aire un estandarte con la figura del expresidente Raúl Alfonsín mientras hacía sonar los bombos acompañados por bombas de estruendo: sobre esa base de ritmo y pirotecnia, coreaban las estrofas de la mítica Marcha Radical.
«El federalismo y el trabajo nacional lo garantiza el radicalismo», indicó a Télam la vicepresidenta radical Storani luego de finalizar el acto.
En esa línea, la dirigente coincidió con el planteo de Morales en relación al rol que debe tener la UCR en las próximas elecciones.
«Es otro partido al del 2015. Tenemos más de 450 intendentes en todo el país, además de concejales y legisladores».
En ese mismo sentido se expresó también el ex diputado radical Ricardo Gil Lavedra, actual presidente del Colegio Público de Abogados de la Capital Federal, quien hizo hincapié en que el «déficit» del período anterior fue «el papel irrelevante que tuvo el radicalismo» durante la gestión de Mauricio Macri.
«No se hubieran cometido muchos errores», confió Gil Lavedra en diálogo con Télam al compartir un breve balance retrospectivo de aquella experiencia.