El candidato presidencial de La Libertad Avanza (LLA), Javier Milei, volvió a insistir ayer en su propuesta de “eliminar” el Banco Central de la República (BCRA) para poder dolarizar la economía y aseguró que el tipo de cambio una vez implementada la medida sería “a un valor de mercado de 730 pesos”, tomando en cuenta la cotización del “contado con liqui” de la moneda estadounidense.
Al exponer en la novena edición del Latam Economic Forum, Milei salió a aventar rumores desatados por sus propios asesores, que pusieron en duda la factibilidad de la dolarización. “La dolarización se va a hacer a precio de mercado, hoy sería a 730 pesos”, aseveró Milei, quien criticó a los economistas “brutos”, “rudimentarios” e “ignorantes” que sostienen que una medida de ese tipo generará hiperinflación y opinó que los políticos que lo critican “ni siquiera llegan a ser seres humanos normales”.
“No tiene ningún sentido tener el BCRA porque la cantidad de dinero dentro de la economía la van a determinar los individuos. ¿Me pueden decir que un político sabe la preferencia de cada uno de ustedes (…)? Para eso deberían ser omniscientes, omnipresentes y omnipotentes. Esos malditos herejes se creen que son dioses, pero ni siquiera llegan a seres humanos normales”, enfatizó Milei ante un auditorio de 700 personas, donde aclaró que la rapidez del proceso de dolarización dependerá “de la velocidad” en la que los argentinos cambien sus pesos por billetes de la moneda estadounidense. “Cuando nosotros dolaricemos”, dijo a los presentes, “van a poder sacar los dólares del colchón libremente, porque tuvieron que meterlos ahí para defenderse del impuesto inflacionario de los políticos chorros”, destacó el candidato presidencial de LLA.
“Si llegamos a dolarizar antes de las elecciones de medio término vamos a tener una mayorías arrolladoras que nos permitirán llevar a la Argentina a ser potencia en los próximos 35 años”, aseguró en otro tramo y consideró que las medidas que implementará en la economía serán “irreversibles” y, por ese motivo, “creíbles”. Por fin, Milei reivindicó también el Plan de Convertibilidad puesto en vigencia a principios de la década del ‘90, durante el gobierno de Carlos Menem, que terminó con el estallido social de 2001, aunque el candidato destacó que “llevó a la Argentina a ser el país con menos inflación en el mundo” con una paridad de 1 a 1 entre el peso y el dólar.
Sin embargo, el jefe de asesores económicos de Milei, Carlos Rodríguez, salió a hablar de implementar una dolarización “a mediano plazo”. “La única posibilidad rápida de dolarizar (un poquito) es permitir que los dólares blancos que ya están puedan circular sin trabas”, aventuró el ex viceministro de Domingo Cavallo, quien ratificó que “la única propuesta factible para despesificar rápidamente es una híper (inflación) o un (plan) Bonex”.
Apoyos polémicos
El acto de la candidata a vicepresidenta de Javier Milei, Victoria Villarruel, sigue generando tela para cortar, ya que se conocieron que entre los asistentes hubo abogados de represores y un militar destituido que está denunciado por haber torturado a conscriptos en Malvinas.
“Mientras los zurdos lloraban a los gritos se realizó este impecable acto”, tuiteó Marcelo Llambías, quien no sólo está denunciado por torturas durante la guerra del Atlántico Sur, sino que también fue condenado a nueve años de prisión por haber asesinado en la calle a un camarada, Jorge Osvaldo Velazco.
Casi en espejo, el papa Francisco recibió ayer al nieto 133 que recuperó su identidad gracias al trabajo de Abuelas de Plaza de Mayo.
Advertencia del FMI
El FMI salió a advertir ayer que una dolarización de la economía “no sustituye una política fiscal sostenible” y consideró que Javier Milei necesitará “mucho apoyo político” para llevarla a cabo.
“El programa del señor Milei implica la dolarización y eso no salva de tener un programa (con el FMI)”, afirmó el director del organismo para el Hemisferio Occidental, Rodrigo Valdés, quien alertó que “los países dolarizados para que funcionen bien requieren ciertas condiciones. Algo muy importante es que lo que uno haga en el mundo monetario cambiario no sustituye lo que es necesario hacer en el mundo fiscal. Esta parte requiere un esfuerzo enorme de los países (…). Todos los países requieren una política fiscal sostenible que lleve a tener deudas no demasiado altas”.