El presidente Javier Milei persigue la intención de que la Ley Ómnibus sea aprobada en el Congreso de la Nación y está dispuesto a jugar fuerte en busca de conseguir el respaldo parlamentario para lograrlo.
En ese sentido, Milei instruyó a sus ministros a tensar la cuerda en la relación con los gobernadores y prepara una medida judicial si el paquete de reformas no avanza.
Durante la mañana de hoy, el mandatario reunió a su Gabinete en el Salón Eva Perón de Casa Rosada y avanzó en delimitar las estrategias para obtener la aprobación de la Ley de Bases en la cámara de Diputados.
Según supo la agencia Noticias Argentinas, el Presidente definió ir a fondo y les trasladó a sus colaboradores que deben dejar en claro que «si la ley no se aprueba, las más perjudicadas van a ser las provincias».
Incluso, instruyó al ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, a que presente al procurador general Eduardo Casal una propuesta oficial que prevé la creación de una fiscalía especial para investigar a funcionarios públicos involucrados, eventualmente, en episodios de corrupción.
Una fuente con despacho en Balcarce 50 contó a Noticias Argentinas que la iniciativa surgió a modo de mensaje a los gobernadores para torcer en favor del oficialismo el «poroteo» en el Congreso. «Ir con buenas intenciones en algunos sectores no da resultado, te tenes que poner en hijo de puta», subrayó, y remarcó: «Es un claro mensaje a los gobernadores para que presionen a sus diputados para que voten».
En sintonía, durante el intercambio que se extendió poco más de una hora, se lo escuchó al ministro de Economía, Luis Caputo, advertir que «si esta ley no llega a buen puerto se va a seguir ajustando el gasto público de todas las maneras alternativas que haya, incluyendo las partidas que se asignan a las provincia».
La intención del Gobierno es «socializar con los gobernadores el costo de la ley» si los cambios económicos que la administración pretende aplicar no pasan el filtro del Parlamento.
Ante este panorama, los delfines políticos encargados del diálogo con la oposición, entre los que destacan el ministro del Interior, Guillermo Francos, y el titular de la cámara de Diputados, Martín Menen, deberán endurecer su postura tal y como el «ala dura» de las negociaciones integrada por el asesor Santiago Caputo demandaba.
El mandatario llegó a Casa Rosada minutos antes de las 8 y se reunió con la vicepresidenta, Victoria Villarruel; el jefe de Gabinete, Nicolás Posse; y con ocho de nueve ministros debido a que la canciller, Diana Mondino, se encuentra en Paraguay, luego de participar la reunión de Cancilleres del Mercosur celebrada en Asunción.
Francos, «Toto» Caputo, Guillermo Ferraro (Infraestructura), Cúneo Libarona, Mario Russo (Salud), Patricia Bullrich (Seguridad), Sandra Pettovello (Capital Humano) y Luis Petri (Defensa) fueron los titulares de las carteras presentes en el encuentro.
También asistieron los secretarios Karina Milei (General de la Presidencia), Eduardo Serenellini (Comunicación y Prensa) y José Rolandi (Ejecutivo de Gobierno de la Jefatura de Gabinete). Completaron la lista el vocero presidencial, Manuel Adorni y el asesor Santiago Caputo.