El Gobierno de Javier Milei llega debilitado a la discusión del Presupuesto 2026, que ingresará formalmente al Congreso en los próximos días. La Casa Rosada no solo perdió la iniciativa parlamentaria frente a la oposición en el último semestre, sino que también enfrenta un escenario complejo para reunir los votos necesarios en la Comisión de Presupuesto y en el recinto.
El presidente explicará el lunes, a las 21 y por cadena nacional, los principales lineamientos del proyecto de gastos y recursos. Sin embargo, tanto Milei como el ministro de Economía, Luis Caputo, evitarían concurrir al Congreso, rompiendo con la tradición de que el titular del Palacio de Hacienda defienda personalmente las previsiones ante los diputados.
La intención del oficialismo es que el debate arranque en la comisión que conduce José Luis Espert, con la exposición de funcionarios del equipo económico y luego de áreas clave como seguridad, empleo y jubilaciones. Pero la relación con los gobernadores, que el año pasado permitió cierto margen de diálogo, hoy se encuentra deteriorada. Varias provincias comenzaron a marcar distancia y anticipan un voto negativo, lo que complica aún más el panorama.
El tablero en la Comisión de Presupuesto tampoco favorece a La Libertad Avanza (LLA): de 49 integrantes, apenas cuenta con seis representantes propios, más dos aliados del MID. En cambio, Unión por la Patria suma 20, el PRO siete, la UCR cinco y el resto se reparte en bloques provinciales y minoritarios. Sin acuerdos, la mayoría luce lejana.
La oposición ya anticipó que buscará fijar plazos concretos para la emisión de dictamen, con el objetivo de que no se repita lo ocurrido en 2024, cuando el oficialismo suspendió el debate al no conseguir consenso con los gobernadores y prorrogó por segundo año consecutivo el Presupuesto 2023. “Este año tiene que haber presupuesto sí o sí”, advirtió un vocero de un bloque mayoritario.
El trasfondo es la pérdida de control del Congreso por parte del oficialismo desde que se ratificó el acuerdo con el FMI. En ese lapso, se aprobaron leyes resistidas por el Ejecutivo, como las emergencias en discapacidad y en el hospital Garrahan, el refuerzo para las universidades y el aumento de las jubilaciones. Aunque Milei logró vetar este último proyecto, en las próximas horas deberá decidir si hace lo mismo con otras iniciativas que avanzaron con amplio respaldo opositor.
Otro de los frentes abiertos es el impuesto a los combustibles. El Senado ya aprobó una reforma en la distribución de esos recursos que otorga más fondos a provincias y a la seguridad social, mientras que el oficialismo insiste con un esquema que preserve más ingresos para el Tesoro.
Con un escenario fragmentado y múltiples derrotas legislativas en su haber, el Gobierno encara ahora la pulseada más decisiva de su gestión: lograr que el Congreso apruebe el Presupuesto 2026 y evitar un tercer año de prórrogas.
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