Pese a los pedidos del oficialismo, el Congreso de la Nación se encuentra virtualmente paralizado luego de la polémica sesión suspendida por una suerte de alzamiento de la bancada de Juntos por el Cambio (JxC) en la Cámara de Diputados. Si bien las negociaciones para lanzar sesiones extraordinarias son frenéticas, la actividad parlamentaria se encuentra estancada, por lo que las fuentes anticipan que se retomarían recién en febrero.
Se trataría de un fuerte golpe para el Gobierno nacional, que en las próximas horas planea enviar a Diputados el nuevo proyecto de blanqueo de capitales que impulsa el ministro de Economía, Sergio Massa, en busca de repatriar parte de los fondos fugados durante los dos últimos años de la gestión de Mauricio Macri. Pero en la Cámara de Diputados aún están abiertas las heridas de la última sesión que terminó en medio de los fuertes gritos, gestos y reproches de la bancada de JxC; mientras en el Senado, la falta de número que asegure el quórum como consecuencia de la ausencia de legisladores por cuestiones de salud o por el Mundial, también puso en duda una vuelta al recinto.
El oficialismo intenta encauzar el diálogo en la Cámara baja para retomar las actividades. “Hay contactos para reencauzar el diálogo pero está difícil porque hay presiones externas e internas. Los dichos de la última sesión pasaron a planos personales que hacen difícil el acercamiento y a eso se le suma que hay intenciones de los sectores más duros de no acordar nada”, reconoció un diputado que no pertenece ni al oficialismo ni a JxC. Para más, desde JxC ya anticipan que no darían quórum para tratar el proyecto de blanqueo de capitales, e incluso ven complicado un regreso a la actividad.
“Se ve muy difícil, esto no es una isla de todo lo que pasó”, dijo Cristian Ritondo, jefe del bloque PRO, uno de los diputados de quienes se reclamó la “expulsión” por realizar gestos obscenos en la escandalosa sesión del 1 de diciembre. “Desde la condena (a Cristina Kirchner) han convertido al Gobierno, al Senado y a los bloques en un estudio jurídico dedicado a la agresión y al ataque. Estamos en una preanarquía. Impiden que funcionen las instituciones”, se quejó Mario Negri (UCR), quien justificó su posición afirmando que “el kirchnerismo quiere que Argentina se debata en la calle y nosotros queremos procurar que sea en las instituciones y que éstas funcionen. No queremos que el Congreso baile como el oficialismo quiere”.
El problema es que la situación está retrasando temas que son prioritarios para el Ejecutivo, como la reforma de la ley de prevención y persecución contra el lavado de activos y la financiación del terrorismo; o la creación de nueve universidades públicas y la instrumentación de un plan de pago de deudas previsionales antes de que venza la actual moratoria previsional que impacta en 800.000 personas que este año no se podrán jubilar por no contar con los 30 años de aportes.
Reclamo por las universidades
Legisladores de distintos bloques reclamaron por la necesidad de retomar el tratamiento de la iniciativa que propone la creación de nuevas universidades públicas en Buenos Aires, Córdoba y Entre Ríos, que no se pudo aprobar en la escandalosa sesión que se suspendió en la Cámara baja.
“Nunca sobra una universidad nacional, en la medida que abre posibilidades de estudio en un tiempo que se destaca por ser el tiempo del conocimiento”, aseveró Susana Landriscini, del Frente de Todos (FdT); mientras su par Nicolás Del Caño (FIT) anticipó que “nosotros vamos a acompañar”.
Sin embargo, desde la Coalición Cívica (CC) anticiparon su oposición: “Es díficil sesionar con lo mal que se ha manejado el FdT, y eso lo incluye a (Sergio) Massa que estaba en el recinto el día que querían votar de prepo las nueve universidades”, señaló Juan Manuel López.