Planteo desde Córdoba para que se cubran las vacantes en la Corte respetando la diversidad de género

"No pedimos privilegios, sino eliminar los obstáculos que nos impiden ejercer nuestros derechos”, expusieron juristas locales ante el Concejo Deliberante

Planteo desde Córdoba para que se cubran las vacantes en la Corte respetando la diversidad de género

La Comisión de Géneros y Diversidad del Concejo Deliberante de nuestra ciudad aprobó ayer un proyecto impulsado por el oficialismo a través del cual se solicitó que se respete lo establecido en el decreto número 222/03 de la Presidencia de la Nación, referido a la necesidad de cubrir las vacantes en la Corte Suprema de Justicia de la Nación respetando las diversidades de género.

Con dicha finalidad, la comisión recibió en la víspera la visita de las juristas Aída Tarditti, vocal del Tribunal Superior de Justicia de Córdoba; María Marta Cáceres de Bollati, también integrante del TSJ y presidenta del Consejo de la Magistratura de la Provincia de Córdoba; María Esther Cafure de Battistelli, ex vocal y Directora Académica de la Oficina de la Mujer del Alto Cuerpo; Gabriela Eslava, directora ejecutiva de la Asociación de Mujeres Juezas y vocal de Cámara Civil y Comercial; y Eve Flores, vocal de la Cámara del Crimen.

Al fundamentar la iniciativa, la concejala Soledad Zarazaga (bloque Hacemos Unidos por Córdoba) explicó que se busca “respetar el espíritu del decreto 222/03, que en su artículo 3 señala que al momento de la consideración de cada propuesta se tenga presente, en la medida de lo posible, la composición general de la Corte Suprema de Justicia para posibilitar que la inclusión de nuevos miembros permita reflejar las diversidades de género, especialidad y procedencia regional en el marco del ideal de representación de un país federal”.

En la oportunidad, la mencionada comisión del Concejo aprobó por mayoría un despacho que adhiere a la decisión adoptada por la Asociación de Mujeres Juezas de Argentina (AMJA), de incluir mujeres en la preselección de candidatos para la cobertura de vacantes de magistrados para la Suprema Corte.

En ese sentido, el proyecto se hizo eco de una inquietud que ya plantearon representantes de organizaciones judiciales, considerando que las candidaturas del juez federal Ariel Lijo y el académico Manuel García-Mansilla, ambas impulsadas por el gobierno nacional, acentúan la inequidad de género en el máximo Tribunal.

A lo largo de toda su historia, la Corte Suprema ha tenido una representación femenina de apenas el 2,7%. Desde que comenzó a funcionar en 1863, y en sus 161 años de vida, de los 111 juristas que integraron el Tribunal, solamente tres fueron mujeres: Margarita Argúas, Carmen Argibay y Elena Highton de Nolasco.

“Las mujeres no pedimos privilegios en relación con los varones, sino eliminar los obstáculos que nos impiden ejercer nuestros derechos. Vamos ganando espacios, pero esta es una lucha que continúa”, señaló Cafure de Battistelli en su intervención.

“Somos mayoría, pero en los cargos más bajos”

Por su parte, Tarditti destacó las transformaciones que provocaron las mujeres que estuvieron en los últimos años en la Corte Suprema. “Carmen Argibay abrió la Oficina de la Mujer y la posibilidad de llevar un Registro de Femicidios, que antes no existía, y también un mapa sobre la inserción de las mujeres en la Justicia, donde se demuestra que somos mayoría, pero en los cargos más bajos. Argentina es el único país de Latinoamérica que no tiene al menos una mujer en su Corte Suprema”, advirtió.

También recordó que Elena Highton de Nolasco, en su paso por la Corte creó una oficina de violencia doméstica, que permitió relevar y visualizar ese grave problema social para las mujeres.

A su turno, Cáceres de Bollati expresó: “A la sociedad la integramos hombres y mujeres. ¿Por qué no debería haber igual representación en los espacios de decisión? El conjunto de la sociedad se beneficia si reflejamos en todos los espacios de poder la conformación natural de la sociedad”.

La camarista Eve Flores pidió seguir avanzando con la “progresividad” en la conquista de derechos. “Hasta 2018 había en la región mujeres juezas que debían pedirles permiso a sus esposos para poder ejercer el cargo. Nada nos ha sido regalado. Tenemos que seguir pidiendo, reclamando por nuestros espacios”, demandó.

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