El cuerpo humano se está calibrando constantemente, haciendo ajustes microscópicos para evitar que nos caigamos, un ejercicio que toma especial relevancia cuando corremos.
«Se podría pensar que correr es solo una repetición de pasos idénticos, y puede que se vea así a simple vista», dijo Nidhi Seethapathi, autora principal del estudio. «Pero en realidad, hay errores muy pequeños que ocurren cuando corres, y tienes que corregirlos constantemente para evitar que se caigan. Nuestros músculos y nuestros sentidos no son perfectos, y eso conduce a errores. «Errores generados, caeríamos. Nuestro estudio investiga cómo las personas corrigen esos errores».
«Las tareas que su cuerpo realiza casi subconscientemente tienen todos estos pequeños movimientos detrás de ellos», dijo Manoj Srinivasan, coautor del estudio y profesor asociado de ingeniería mecánica y aeroespacial en el estado de Ohio (Estados Unidos). «Esos pequeños movimientos eran lo que buscábamos entender».
Para entender cómo los humanos corren sin caerse, el equipo de investigación puso voluntarios en una cinta rodante y los hizo correr a tres velocidades constantes diferentes. El equipo supervisó y midió el movimiento en el torso de cada corredor, la colocación de cada paso y la fuerza con la que la pierna empuja contra el suelo. Los voluntarios eran corredores promedio, no eran ni adictos a las camillas, pero tampoco eran maratonistas.
Encontraron que esos corredores corrigieron automáticamente las desviaciones menores en el movimiento de sus torsos, su centro de masa, al hacer leves cambios en el lugar donde cada paso aterrizó y al hacer ajustes minúsculos a la cantidad de fuerza con la que su pierna golpeó el suelo. Los investigadores descubrieron que podían predecir cómo los corredores cambiarían sus pasos o su fuerza al notar los cambios en la ubicación de sus torsos.
También encontraron que los corredores, en general, corrigieron las imperfecciones en un paso en su siguiente paso, lo que indica que el cuerpo humano tiene la capacidad de «arreglar» su marcha para poder mantenerse erguido. Y su investigación demostró que las imperfecciones en una zancada que hubieran causado que un corredor cayera a un lado se corrigieron más rápidamente que los errores que hubieran hecho que un corredor se cayera hacia adelante o hacia atrás.
Ninguno de los errores examinados en este estudio incluyó factores externos: una grieta en el pavimento, por ejemplo, o una raíz de árbol en un sendero. Pero lo que sí mostraron fue la gran capacidad del cuerpo humano para mantenerse erguido mientras se mueve, algo que los robots, en general, luchan por hacer.