Una encuesta a nivel nacional reveló que durante lo que va de la cuarentena, más de la mitad de la población somatizó la situación y creyó haberse contagiado de Covid-19, mientras que un 60% de los consultados considera que su salud mental se deterioró durante el aislamiento. El estudio fue realizado por el Observatorio de Psicología Social Aplicada (OPSA) de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires (UBA) sobre 2.490 casos. La encuesta se realizó del 27 de mayo al 2 de junio en los principales centros urbanos del país: Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Caba), Gran Buenos Aires, Interior de Buenos Airess, Córdoba, Rosario, Mendoza, Neuquén, Tucumán, Jujuy, Corrientes y Tierra del Fuego.
En el informe se evidencia una amplia diferencia entre sentimientos negativos (en provincias con muchos casos de Covid-19 y cuarentena más estricta, como en la Caba y el GBA) y sentimientos positivos (provincias con menos casos y cuarentenas más flexibles, como Jujuy, Tierra del Fuego y Corrientes).
El miedo y la depresión son los dos sentimientos que más aumentaron con el transcurso de la cuarentena. El 51% de los encuestados pensó al menos una vez durante la cuarentena que estuvo contagiado de Covid-19 y el 60% cree que su salud mental está algo/mucho peor que antes de la pandemia. El informe indica que creció al 68% la preocupación por la salud y descendió un 10% el temor por la economía (32%). El 70% cree que van a disminuir sus ingresos, pero solo el 30% cree que empeorará su proyecto de vida.
Ante las distintas opciones de sentimientos, emociones y estados de ánimo presentadas, la incertidumbre” es la que quedó al tope de las elecciones, con casi un 40%.
Este resultado coincide con las respuestas espontáneas y nos lleva a hipotetizar que, en el actual contexto de crisis global y multidimensional, la incertidumbre se ha maximizado, está en el centro de nuestro eje emocional-cognitivo y es catalizadora de gran parte de los otros sentimientos y emociones negativas”, se indicó en el estudio. Y se agregó: La incertidumbre actual que invade todos los ámbitos de la vida (salud, trabajo, familia, economía, proyectos de vida, etc.) constituye una incubadora” de inseguridad, estrés, ansiedad, angustia y temor al futuro”.
La pandemia del Covid-19 y los días de aislamiento social obligatorio han tenido un significativo impacto psicológico sobre la salud mental de la población. El mayor impacto lo observamos en el trípode emocional-cognitivo compuesto por: Incertidumbre, Preocupación y Ansiedad”, se señaló en el informe.
Los trabajadores informales (oficios varios y changas) y los que cobran la Asignación Universal por Hijo son los que manifiestan mayor vulnerabilidad: un alto porcentaje de estos segmentos estima que su economía sólo podrá sostenerse, sin derrumbarse, entre 1 o 2 meses.
Los trabajadores en relación de dependencia y los profesionales son los que presentan un mejor perfil de estrés de recursos económicos. El 44% de los trabajadores en relación de dependencia y 35% de los profesionales admite que podrán afrontar la crisis económica por un período más largo (+ 4 meses) sin entrar en colapso económico.