Cada 31 de mayo se conmemora el Día Mundial sin Tabaco, una fecha impulsada por la Organización Mundial de la Salud para concientizar sobre los riesgos del tabaquismo y promover políticas eficaces para reducir su consumo. Sin embargo, en los últimos años, el foco se posa con fuerza sobre los adolescentes, ya que en Argentina los números son alarmantes. Esta realidad genera preocupación entre especialistas y autoridades sanitarias, quienes advierten que el inicio del consumo a edades tempranas incrementa exponencialmente los riesgos para la salud y la posibilidad de desarrollar adicciones en el futuro cercano.
Entre los principales factores que explican este fenómeno, se encuentran diversas influencias socioculturales que afectan de manera directa a los adolescentes. La baja autoestima, la falta de prácticas deportivas y la exposición frecuente a contextos sociales como fiestas, son elementos clave. A esto se suma la influencia de pares fumadores, especialmente si se trata del mejor amigo o del grupo cercano. La presencia de padres o familiares fumadores en el hogar también cumple un rol determinante, ya que normaliza la conducta y disminuye las barreras de prevención. Estas dinámicas familiares y sociales crean un entorno propicio para que los jóvenes naturalicen el consumo desde temprana edad.
“Un factor adicional que agrava la situación es el auge de los dispositivos electrónicos como cigarrillos electrónicos y vapeadores. Estos productos, percibidos por muchos adolescentes como una alternativa más «segura» al cigarrillo tradicional, son ampliamente aceptados por su diseño moderno, sabores atractivos y fácil acceso. No obstante, su consumo implica riesgos serios para la salud, ya que la nicotina afecta directamente al desarrollo del cerebro en etapas de crecimiento, genera alta dependencia y puede desencadenar trastornos respiratorios, cardiovasculares y emocionales. Además, su aparente inocuidad promueve el inicio del consumo incluso en quienes nunca habían fumado antes.” señaló el Dr. Ricardo Daniel Tapia, especialista en Medicina Familiar de Boreal Salud (MN 155873 – MP 4288).
“Appagá”: el programa gratuito para personas que desean dejar de fumar
Para prevenir el consumo de tabaco a edad temprana, es necesario aplicar estrategias integrales que combinen regulaciones estrictas con acciones educativas. Algunas medidas efectivas incluyen el aumento del precio del tabaco, la restricción del acceso por edad, la prohibición de la publicidad en medios masivos y la realización de campañas informativas dirigidas a jóvenes. Asimismo, resulta esencial fomentar entornos libres de humo y brindar programas de apoyo a quienes ya han comenzado a fumar. La prevención debe empezar en el hogar y continuar en la escuela y en la comunidad, creando una red que proteja a los adolescentes de la exposición temprana.
“Las probabilidades de que los adolescentes que consumen productos con nicotina desarrollen una adicción a largo plazo son significativamente altas. Estudios recientes indican que el cerebro en desarrollo es especialmente vulnerable a sustancias adictivas, y que el consumo temprano actúa como una puerta de entrada hacia otras conductas problemáticas. El uso regular de tabaco durante la adolescencia está relacionado con un mayor riesgo de dependencia en la adultez y puede afectar la vida social, académica y emocional del individuo. Además, los daños acumulativos en el cuerpo suelen ser más severos cuando la exposición comienza desde edades más tempranas.” agregaron desde Boreal Salud.
A largo plazo, el objetivo debe ser lograr una disminución sostenida en los índices de consumo adolescente a través de políticas públicas, educación y concientización. Reducir la normalización del hábito en la sociedad es clave para cambiar la percepción que los jóvenes tienen sobre fumar. Solo con un compromiso conjunto de familias, escuelas, profesionales de la salud y gobiernos, será posible revertir esta tendencia que amenaza la salud de miles de adolescentes argentinos.