Investigadores del Conicet en la Fundación Instituto Leloir (FIL) lograron desentrañar el rol de unas proteínas clave del virus sincicial respiratorio (VSR) que le permiten autoperpetuarse e infectar, lo que a futuro abre el camino para el desarrollo de tratamientos contra este patógeno causante de infecciones respiratorias potencialmente graves -como la bronquiolitis-, sobre todo en bebés y personas de más de 60 años con enfermedades asociadas.
El descubrimiento -que fue publicado en dos trabajos consecutivos en las revistas Journal of Molecular Biology y Viruses- consistió en establecer los principios bioquímicos a través de los cuales el VSR forma las llamadas «fábricas virales», estructuras fundamentales para su replicación, algo que comparten con otros virus como el que causa sarampión, Covid-19 y ébola.
«Hace pocos años se descubrió que gran parte de los virus estudiados replican sus genes y producen las partículas virales en unas gotas liquidas dentro de la célula infectada llamadas ‘fábricas virales’. Éstas responden a un nuevo paradigma de la biología llamado ‘condensados biomoleculares’ que responde a un fenómeno químico conocido como separación de fases», explicó a Télam Gonzalo de Prat Gay, investigador del Conicet y jefe del Laboratorio de Estructura-Función e Ingeniería de Proteínas de la FIL, quien lideró la investigación.
Y continuó: «Lo que nosotros descubrimos es cuáles son las propiedades clave de las proteínas virales que dirigen la formación de estas ‘fábricas’ en el virus sincicial respiratorio, causante de bronquiolitis y neumonías».
En el artículo publicado en el Journal of Molecular Biology, el grupo de la FIL, con el biotecnólogo y becario doctoral Mariano Salgueiro como primer autor, determinó que una de las proteínas clave de la replicación viral, denominada fosfoproteína, es el agente que nuclea la formación de esas estructuras observadas in vitro como gotas, y que interactúa con el resto de las proteínas.
Mientras que en otro trabajo que encabezó la bióloga y becaria doctoral Araceli Visentin, en la revista Viruses, se reconstruyó la formación de los condensados en condiciones controladas y se pudo determinar la participación de otra de las proteínas (llamada M2-1), que acelera la maquinaria de síntesis del ARN como modulador de las fábricas virales.
«También se describió cómo esta proteína forma condensados con el ARN, lo que sería un talón de Aquiles para el virus ya que se podría intentar interceptar esa formación como una manera de evitar que se replique», resaltó de Prat Gay.
«Las fábricas virales no sólo actúan de reservorio de la actividad replicativa del virus, sino que también son el origen de la formación de cada partícula viral que será vertida al exterior de la célula. Se cree que dichas estructuras ocultan y protegen el ARN de su genoma, el cual las células detectarían y eliminarían si estuviera expuesto a través del mecanismo conocido como inmunidad innata», detalló.
En diálogo con Télam el investigador dijo que «al conocer cuáles son las propiedades de las proteínas clave en la formación de estas estructuras esenciales para el ciclo de vida del virus, se pueden montar ensayos para buscar drogas que afecten la formación o disolución de estas fábricas y tengan acción antiviral».
En la actualidad existen anticuerpos monoclonales que son para tratamiento agudo y altamente costosos pero no existen tratamientos terapéuticos como antivirales ni terapéuticas que reduzcan la estadía hospitalaria y mejoren la evolución clínica de las infecciones pulmonares graves por VSR.
En este contexto, el pediatra e investigador del Conicet Mauricio Caballero -experto local en investigación clínica del VSR- indicó a la agencia CyTA-Leloir que «el desarrollo de nuevas tecnologías terapéuticas basadas en antivirales de espectro amplio o específico es fundamental de cara a la próxima implementación de nuevas vacunas y anticuerpos monoclonales para la prevención primaria de la enfermedad en el mundo».
«En este sentido es necesario entender los mecanismos moleculares virales de infección celular y evasión de la respuesta inmune para el ulterior desarrollo de compuestos antivirales que mejoren la evolución clínica de la enfermedad. Estos estudios publicados por el grupo liderado por Gonzalo de Prat Gay tienen relevancia para la posible traducción a medidas terapéuticas futuras», agregó.
No obstante, de Prat Gay aclaró que los trabajos que realizaron constituyen una «prueba de concepto» para antivirales contra este virus y para el desarrollo de drogas en general a partir de un paradigma nuevo de la biología, los condensados biomoleculares y cómo atacarlos.
«Para esto es necesario un fuerte desarrollo de las áreas de búsqueda de drogas a partir de repositorios de compuestos y, particularmente, de productos naturales provenientes de nuestra biodiversidad. También es clave sumar la participación del sector privado para complementar los nuevos desarrollos que surgen de los laboratorios de investigación en el país», concluyó.
El VSR es el virus más común que causa bronquiolitis, una infección respiratoria aguda que ocurre con mayor frecuencia en los meses de otoño-invierno y afecta sobre todo a los menores de 1 año; dentro de este grupo, los menores de 3 meses, prematuros y aquellos con problemas crónicos de salud (como las cardiopatías, las enfermedades pulmonares crónicas o el compromiso de la inmunidad) tienen más riesgo de presentar formas graves.
Según el último reporte del Ministerio de Salud sobre circulación de influenza, VSR y otros virus respiratorios, desde el 26 de marzo se registró en Argentina un ascenso pronunciado de los casos de VSR «con un inicio más temprano de la actividad estacional en comparación con la mayoría de los años prepandémicos y años 2021- 2022».
Esta semana Anmat aprobó una vacuna contra el VSR para inmunizar a las embarazadas entre las semanas 32 y 36 de gestación para proteger a los bebés desde el nacimiento hasta los primeros 6 meses de vida; la autorización también incluye a adultos a partir de los 60 años, que son el otro grupo etario que puede sufrir complicaciones.