Solo 18% de personas diagnosticadas con hepatitis B y C realizan tratamiento

En el marco del Día Mundial de la Hepatitis, que se celebra el 28 de julio, este año la Organización Mundial de la Salud (OMS) pone el foco en la prevención con el lema “saber es poder”.

Solo 18% de personas diagnosticadas con hepatitis B y C realizan tratamiento

Image of a woman in a white dress and 3d model of the liver between her hands. Concept of healthy liver and donation.

En el marco del Día Mundial de la Hepatitis, que se celebra el 28 de julio, este año la Organización Mundial de la Salud (OMS) pone el foco en la prevención con el lema “saber es poder”, ya que más de la mitad de los enfermos no saben que lo están.

Las hepatitis B y C son las que evolucionan a la cronicidad (persisten por largo tiempo y dañan de manera progresiva al hígado) derivando en cirrosis, cáncer o insuficiencia hepática y se estima que solo entre 15 y 18% de las personas que tienen ese diagnóstico se tratan.

Un 18% de las personas diagnosticadas con hepatitis B y C, los tipos de la enfermedad que pueden dañar progresivamente el hígado, recibe tratamiento, por lo que especialistas advirtieron sobre la necesidad de prevención y acceso gratuito a esa asistencia.

«Cientos de miles de argentinos vienen cargando durante años con una bomba de tiempo en su organismo sin saber que va generando daños irreversibles y que pone en riesgo su vida», explicó  Rubén Cantelmi, quien tuvo hepatitis y hoy preside la Asociación Buena Vida.

¿Qué es la hepatitis? 

La hepatitis viral es una infección que causa inflamación y daño al hígado y la Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que hay alrededor de 500 millones de personas en el mundo con algún tipo de hepatitis, es decir, 1 de cada 12.

Se trata de una inflamación del hígado que puede causar de problemas de salud y ser mortal, y que cuenta con cinco cepas: A, B, C, D y E, que se diferencian en los modos de transmisión y la gravedad de la enfermedad, siendo la B y C las más peligrosas. Algunos de estos tipos son prevenibles mediante vacunación. 

Hepatitis A
Es el tipo más infeccioso y es aguda, es decir, aparece de repente, dura relativamente poco tiempo -hasta 2 meses- y desaparece, sin dejar daño permanente en el hígado. Sus síntomas incluyen náuseas, dolor de estómago, fatiga y coloración amarillenta en la piel. La vacuna es el mejor método de prevención, así como lavarse las manos antes y después de ir al baño y al manipular alimentos.

“Si bien se suele asociar a la falta de cloacas y agua potable, sus causas de transmisión también pueden ser madre-hijo, fecal-oral (la cual se da con mucha frecuencia en nuestro país) y por el contacto con fluidos de una persona infectada. Se estima que el 80% de los adultos tuvimos Hepatitis A en la niñez de forma asintomática”, explica González Ballerga.

Hepatitis B
Es la octava causa de muerte en el mundo y después de los 50 años los riesgos de padecer la enfermedad aumentan 5 veces más. Se considera una infección grave del hígado que puede durar hasta seis meses y llegar a ser crónica. Y están presentes los riesgos de sufrir insuficiencia hepática, cirrosis o cáncer en el hígado.

Si llega a hacerse crónica, puede generar complicaciones que pueden llevar a la necesidad de un trasplante hepático, aunque no siempre es el caso. Al igual que en el caso de la hepatitis A, la vacunación es el mejor método de prevención.

«Es muy contagiosa y una vez que ingresa el virus es muy difícil de erradicar completamente y suele ser asintomático”, agrega el especialista del Clínicas, que aclara que este tipo en el país tiene baja circulación.

Hepatitis C
Al igual que el tipo B, puede conducir a complicaciones de salud graves, como cirrosis, insuficiencia hepática y cáncer de hígado. Puede ser aguda o crónica, sin embargo, la mayoría de las personas con hepatitis C aguda, terminan padeciendo la crónica.

Para prevenir su contagio, los médicos recomiendan evitar el consumo excesivo de alcohol, tener relaciones sexuales usando preservativos, no compartir agujas, no compartir artículos de uso personal, como cepillos de dientes o afeitadoras y no tatuarse en lugares de higiene dudosa.

Es la primera causa de trasplante hepático por cirrosis y cáncer de hígado en Argentina. “Al tratarse de una enfermedad asintomática, solemos ver a los pacientes cuando esta se encuentra avanzada, pero existen tratamientos simples y efectivos que llegan a una tasa de curación en el 95% de los casos”, indica González Ballerga.

Hepatitis D
Solo se desarrolla en personas infectadas previamente con hepatitis B y en este caso el desarrollo de su forma crónica es raro, aunque la infección doble con los tipos B y D puede desarrollar una forma más grave y llevar a una evolución más rápida de la cirrosis. El mejor método para evitar este tipo es vacunarse contra la hepatitis B.

Hepatitis E
Comienza con fiebre leve, disminución del apetito, náuseas y vómitos durante varios días. Algunas personas también pueden sufrir dolor abdominal, erupción en la piel o dolor articular. También pueden experimentar ictericia, orina oscura y heces pálidas, así como un hígado levemente agrandado y blando (hepatomegalia) y, en ocasiones, insuficiencia hepática aguda.

Generalmente, se cura sin necesidad de tratamiento al cabo de cuatro a seis semanas. El tratamiento consiste en cuidados de apoyo, hidratación y reposo. Mantener una buena higiene a la hora de preparar los alimentos, es fundamental. Al igual que el consumo de agua limpia.

Hepatitis en Argentina

De acuerdo a datos del Ministerio de Salud, el 50% de quienes tienen hepatitis crónica desconoce su diagnóstico por ser una enfermedad que no presenta síntomas específicos, sino cuando se encuentra en un estadio avanzado.

Argentina cuenta con la ley nacional número 27.675 de respuesta integral al Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), Hepatitis Virales, Tuberculosis e Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) que sancionada por el Senado el pasado 30 de junio.

La nueva norma contempla un abordaje integral desde la salud colectiva, busca brindar contención e información para derribar prejuicios y situaciones de discriminación, además de promover campañas para prevención y detección.

Según la Sociedad Argentina de Hepatología (SAHE) la hepatitis C, que se transmite a través de la sangre al compartir agujas o jeringas con personas infectadas, hacerse un tatuaje o piercing con material no descartable o al tener relaciones sexuales sin preservativo u otro método de barrera, es una de las causas más comunes de enfermedad hepática crónica en todo el mundo.

Las personas que recibieron transfusiones antes de 1994 también pudieron haber estado expuestas al virus, ya que se desconocía en ese momento.

La SAHE destaca que el virus de la hepatitis B es cien veces más infeccioso que el VIH con alto riesgo de contagio después de una exposición.

En tanto, la ley prevé el acceso a derechos sociales, como a una jubilación anticipada o pensión no contributiva en los casos de las personas que fueron diagnosticadas en un estadio avanzado de la enfermedad y no pueden seguir trabajando.

La eliminación de las hepatitis virales es un compromiso asumido por Argentina en la 69º Asamblea Mundial de la Salud de 2016, junto a 139 Estados miembros.

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