La Defensoría del Pueblo de la Provincia realizó un relevamiento enfocado a la ciudadanía cordobesa mayor de 60 años, para indagar en algunos aspectos sociales, familiares y de acceso a la salud durante el aislamiento social preventivo y obligatorio.
El 98,3% de las personas que respondió la encuesta cuenta con recursos habitacionales donde transitar la cuarentena, ya que vive en una casa o departamento. La mayoría de las personas mayores encuestadas está conviviendo: con su pareja o cónyuge (42,4%); o con hijo/s (32,2%). Un 31,2% viven solos/as, es decir, que no conviven con nadie más en la residencia que habitan durante este período de aislamiento. Además, se estima que cuando hay pareja conviviente, es otra persona mayor que, en principio, compartiría las necesidades básicas propias del ciclo vital que transitan. A su vez, se observa que, a mayor edad, sube el porcentaje de adultos mayores que viven solos.
Salud
Sobre la asistencia en salud es importante destacar que el 95,5% de las personas que respondieron la encuesta del Defensor son autovalentes, es decir, que se desplazan y se manejan de forma autónoma. Ese dato no excluye que tengan alguna enfermedad: más del 70% de las personas que contestaron la encuesta tienen alguna enfermedad de base y, en la mayoría de estos casos, tienen más de una.
Más de la mitad de la población consultada, señaló que tiene más de un tipo de enfermedad. Hay casos de personas donde coexisten hasta dos, tres y cuatro patologías. Las de mayor prevalencia son la hipertensión, problemas óseos o de articulaciones, diabetes, problemas visuales y enfermedades cardiovasculares.
El 86% toma medicación habitualmente. El 48,3% sale a buscar sus medicamentos. Un 32% contestó que alguien (familiar, vecino, conviviente) les acerca la medicación, mientras que un 21% pide envío a domicilio. Un 4,5% expresó haber dejado de tomar su medicación por las dificultades en el acceso a las mismas.
Entre las dificultades para acceder a la medicación, mencionan: la obtención de la receta, problemas económicos, problemas para llegar a la farmacia por el aislamiento, respectivamente. La población que vive sola o con su pareja, presenta mayores dificultades, ya que más del 60% expresó requerir ayuda para ir a comprar su medicación.
Con respecto a las vacunas estacionales, solo el 60,7% se vacunó contra la gripe. Un 18,3% decidió no hacerlo y un 17,5% no pudo, ya sea porque no consiguieron la vacuna en farmacias o centros de salud o no la pudieron comprar por su costo. Un 51,5% no se vacunó contra la neumonía, por diferentes razones. Otro 26,3% ya estaba vacunado cuando comenzó la ASPO, y otro 18,8% lo hizo durante la cuarentena.
Contacto con seres queridos
El 62,5% indica que mantiene un contacto diario o frecuente con seres queridos no convivientes. Por otra parte, hay un 37,1% que tiene escaso contacto con sus vínculos afectivos, ya sea porque ocurre solo de forma esporádica (17,1%), directamente no tiene contacto (11,5%) y un 8,5% que manifestó un contacto de una vez por semana.
Estos vínculos se mantienen en su mayoría gracias a los canales virtuales, principalmente por Whatsapp, videollamadas, llamadas por teléfono y redes sociales. De forma directa y presencial, sólo el 17,6% señala que ve a sus seres queridos cuando estos le llevan las compras; y el 9,5% cuando recibe visitas en su domicilio.
Necesidades en cuarentena
Las necesidades más mencionadas son variadas: ayuda con las tareas domésticas, recursos económicos, asistencia para las compras, atención de la salud, ayuda con gestiones bancarias, acompañamiento y contención emocional, entre otras.
Se puede decir que las personas mayores que están viviendo solos/as o con una pareja de similar edad, incrementan sus necesidades y presentan mayores dificultades para la gestión de la vida cotidiana, en este período de aislamiento social, ya que en muchos casos deben salir a buscar alimentos, comprar medicamentos, pagar deudas, etc.; lo que las vuelve más vulnerables en el contexto de pandemia.
Preocupaciones y deseos
Más del 50% señaló que su situación económica empeoró durante el aislamiento. Al cotejar la realidad económica de las personas según la situación de convivencia, se percibe que quienes están viviendo solos/as o en pareja reconocen que su economía cotidiana ha empeorado durante la cuarentena, a diferencia de las personas que están conviviendo con otros/as que manifestaron en menor proporción que su situación económica se haya visto desmejorada.
En línea con esto último, cuando se consultó sobre la principal preocupación de las personas mayores durante la cuarentena, la crisis económica se ubicó en primer lugar, en segundo la familia, luego las fuentes de ingresos y la pandemia respectivamente.
Con respecto a los deseos, las personas encuestadas coincidieron en señalar que una vez terminado el ASPO desean no sólo «retomar con la vida anterior» (reunirse con familiares y amigos, reanudar sus controles médicos, asistir a templos y celebraciones religiosas, volver a su rutina), sino también abrazar y besar a sus seres queridos, salir a pasear, de compras, a tomar café, a caminar, hacer deportes, viajar, trabajar, ir al cine y al teatro, compartir y disfrutar.
En el contexto actual, los deseos expresados por la población encuestada se vuelven en sí mismos factores de protección por su condición de dinamizadores de la vida cotidiana y esbozo de un porvenir mejor. La presencia de deseos indica que hay expectativa de vida. Esto también es un capital para transitar el ASPO y hacer frente a la pandemia.