Con una convocatoria masiva y bajo un calor intenso, en la tarde de este sábado se desarrolla la Marcha Federal Antifascista de Córdoba. Partió desde Colón y General Paz y concluye en el Patio Olmos, con una columna extensa y colorida de más de cinco cuadras, dentro de las cuales banderas multicolores se entremezclan con carteles pintados a mano.
La movilización reúne a personas de los colectivos LGBTTTIQ+ con familias, militancia social y de Derechos Humanos, en reclamos amplios y vinculados.
El discurso de Milei en Davos, en el que asoció la pedofilia a la homosexualidad, fue la gota que rebalsó el vaso y lo que impulsó a colectivos de las diversidades sexuales y de género a convocar a diversas asambleas en todo el país. En estos días, un ataque lesboodiante en la provincia de Buenos Aires puso en evidencia las consecuencias de los discursos de odio.
Además de los habituales colores de las convocatorias del colectivo LGBTTTIQ+, se suman a esta convocatoria diversos reclamos contra los ajustes impuestos por el Gobierno Nacional a jubiladas y jubilados, la educación y la salud pública.
En un recorrido por la movilización, La Nueva Mañana recogió testimonios que dan cuenta de la importancia de manifestar en la calle las demandas y las exigencias, así como también rescatar el valor de la defensa de las conquistas que se han logrado a lo largo de los años.
«Vengo para apoyar los derechos del colectivo LGBTTTIQ+, para apoyar a los jubilados y a quienes padecen las medidas que impulsa el presidente Javier Milei y que están devastando a nuestro país», expresó Florencia Montreal, del Centro Trans Córdoba.
«Nos quieren sacar nuestros derechos a la identidad no binaria. Exigimos el cupo laboral trans y la ley integral trans, y muchísimos derechos que nos vienen quitando», completó.
«El sábado pasado nos juntamos cerca de 200 personas en barrio Güemes, en una asamblea surgida a partir de una convocatoria de la Asamblea de Disidencias Sexuales, que venimos activando desde el año pasado, reclamando contra las políticas de odio de Milei», repasó Gonzalo Valverde, de Act-Up, dando cuenta del encuentro que disparó la convocatoria cordobesa para la marcha.
«Ante el discurso del presidente en Davos y frente a la escalada de odio y violencia que vienen teniendo, decidimos convocar a movilizarnos, en sintonía con la marcha que se estaba resolviendo en el Parque Lezama (de Buenos Aires)», completó.
«Está bueno poder salir a movilizarnos en la calle y también que esto no quede sólo en una marcha, por eso el sábado de la semana que viene a las 18 nos vamos a reunir en una nueva asamblea en la Plaza de la Intendencia», agregó Valverde, quien destacó la importancia de generar unidad en todas las luchas, advirtiendo que hay urgencias muy graves.
«En la asamblea misma se visibilizó que hay compañeres que no tienen ni para comer. Tenemos que pensar en ollas populares y medidas de solidaridad, denunciando el ajuste y el hambre al que nos condena este gobierno; la precarización laboral, que es evidente en este debate del cupo laboral trans, pero que también afecta al resto de la sociedad», alertó.
«La unidad con otros sectores en esta marcha antifascista con jubilados, con quienes vienen sufriendo el ajuste en la salud pública, por el desfinanciamiento de la educación, entre muchísimos otros reclamos; hace que hoy volvamos a ser miles en las calles y espero que más adelante, podamos seguir discutiendo lo que nos pasa, en asamblea y en diversidad», concluyó.
«Estamos protegiendo nuestros derechos, derechos que nos debían y nos deben y que tenemos que cuidar. No vamos a permitir discursos de odio ni contra nosotros ni para los que vienen», expresó Benjamín Podestá, de la Asamblea de Disidencias.
Artemia Barrionuevo, de Alerta Torta, por su parte, afirmó que «el vaso se rebalsó», porque no solo «nos están quitando derechos por todos lados», sino que además se agrede al colectivo por elegir la manera en que se desea amar. «No queremos un gobierno fascista», manifestó enfática y aseguró que es la «memoria, verdad y justicia» la que lleva a las multitudes a salir a la calle.
«El ataque de Barracas como el de Cañuelas son consecuencia del discurso de odio de un presidente totalmente irresponsable, que habilita la violencia y que quiere prender fuego a la ciudadanía», indicó Barrionuevo, en referencia a los dos ataques lesboodiantes ocurridos entre el año pasado y este año, que se cobraron la vida de tres mujeres en el primer caso y que en el segundo, milagrosamente no tuvo víctimas.
«Acá hace falta un orden democrático que respete la diversidad que somos», cerró.
Blanca Mendoza, secretaria General de la Asociación de Mujeres Meretrices Argentinas (Ammar) de Córdoba, por su parte, alertó que «el gobierno fascista que tenemos viene por los derechos que hemos conquistado».
Advirtió que si el ataque del Gobierno continúa, «nosotras (en referencia a las trabajadoras sexuales) vamos a ser las primeras que vamos a ir a los calabozos, igual que las compañeras trans; porque históricamente hemos sufrido la represión policial». En ese marco, subrayó: «Exigimos que no demos ni un paso atrás con los derechos ganados».