El oficial Alarcón confesó que el arma plantada era suya

Para sorpresa de la audiencia presente, el efectivo acusado de asesinar a Blas Correas este viernes pidió ampliar su indagatoria. Lo que declararon los jóvenes que acompañaban a Blas en ese momento.

El oficial Alarcón confesó que el arma plantada era suya

Los cuatro amigos de Valentín Blas Correas que viajaban con él a bordo del auto cuando fue baleado por la Policía durante un control vehicular realizado en agosto de 2020, declararon hoy como testigos en el juicio que se le sigue a 13 efectivos por homicidio y encubrimiento, informaron fuentes judiciales.

No obstante, el jurado se topó con una gran sorpresa y es que el policía Javier Alarcón, acusado del crimen, reconoció que el arma plantada era suya. A su vez, pidió ampliar su indagatoria, admitió ante los jurados el encubrimiento del hecho y apuntó contra Wanda Esquivel, la policía imputada por «plantar» el arma y ensuciar la escena.

La declaración se dio cuando el tribunal hizo lugar a la solicitud de uno de los 13 policías imputados, precisamente el señalado de haber ultimado al joven en un «control de seguridad». Alarcón señaló que a solicitud de Esquivel le proporcionó «un revólver viejo» y que «es el mismo revólver que ella tiró por la ventanilla y luego se encontró».

De este modo, la maniobra de encubrimiento fue admitida por el efectivo, que además pidió disculpas públicamente a familiares y allegados del joven asesinado.

La declaración del amigo

Mateo Natalí, uno de los chicos que iba en el asiento trasero del Fiat Argo sentado junto a Blas Correas cuando recibió el balazo en la espalda que le provocó la muerte declaró que “cuando llegaron al control, ellos tuvieron miedo”.

En esta linea, su abogado defensor, Manuel Gutiérrez, explicó que en el medio de la audiencia que “Lo que quita mucho crédito es el desempeño de algunos colegas que se olvidan que están interrogando a una víctima y no a un criminal de mala intención”.

Además, señaló que Natalí se encuentra “agotado” por la situación y confundido.  “Él estaba  convencido de que personas, que no eran policías, habían arrojado piedras al vehículo. En el imaginario de él está que la policía no tenía razón para disparar”, aseguró.

También declararon los restantes ocupantes del automóvil: el conductor Juan Cruz Camerano Echavarría, Camila Tosi y Cristobal Bocco.

Cabe recordar que en la audiencia del pasado miércoles completó el testimonio la madre de la víctima, Soledad Laciar, y el padre, Blas Fernando Correas.

En este proceso participan la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación como «amicus curiae» (asesores jurídicos voluntarios del Tribunal), y Amnistía Internacional como «observador» del juicio.

Lo sucedido y cómo va la causa

El hecho ocurrió la madrugada del 6 de agosto del 2020 cuando Blas Correas se hallaba dentro de un Fiat Argo junto a cuatro amigos con quienes iba a ir a tomar algo a un bar.

Cuando circulaban por avenida Vélez Sarsfield y Romagosa, del barrio Colinas, en el sur de la capital cordobesa, uno de los jóvenes que conducía evadió un control policial porque -según dijo luego- se asustó cuando uno de los policías le apuntó con un arma a la cabeza.

En ese momento, según la investigación, el suboficial Gómez efectuó cuatro disparos con su arma reglamentaria, mientras que el cabo Alarcón (33) disparó en dos oportunidades.

Las pericias determinaron que uno de los cuatro disparos efectuados por Gómez impactó en la espalda de Blas, lo que le provocó la muerte, mientras que otro de los disparos traspasó el apoyacabeza y la capucha del uno de los adolescentes que estaba sentado en el asiento delantero del Fiat Argo, a milímetros de su cráneo.

Posteriormente, y con el objetivo de simular un enfrentamiento con un grupo armado, los policías «plantaron» un arma en las cercanías de la zona del control policial, según la acusación fiscal.  Como se mencionó más arriba, Alarcón terminó admitiendo que el arma era suya.

En este juicio, Gómez y Alarcón llegan acusados de ser «coautores de homicidio calificado por abuso de su función y homicidio agravado por el empleo de armas de fuego, homicidio calificado por abuso de su función en grado de tentativa reiterado -cuatro hechos- y homicidio agravado por el empleo de armas de fuego en grado de tentativa reiterado».

Los restantes 11 policías acusados son Sergio Alejandro González, Wanda Micaela Esquivel, Yamila Florencia Martínez, Walter Eduardo Soria, Enzo Gustavo Quiroga, Jorge Ariel Galleguillo, Leonardo Alejandro Martínez, Rodrigo Emanuel Toloza, Ezequiel Agustín Vélez, Leandro Alexis Quevedo y Juan Antonio Gatica.

Los cargos que enfrentan estos últimos son «falso testimonio, encubrimiento por favorecimiento personal agravado por la calidad funcional y omisión de deberes de funcionario público».

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