A un año del femicidio de Catalina Gutiérrez: dolor y memoria

Su hermana le dedicó una emotiva carta en redes sociales, mientras que su padre habló sobre el dolor y la lucha que atraviesan tras la pérdida.

Catalina Gutiérrez

Catalina Gutiérrez.

Este 17 de julio se cumple un año exacto del femicidio de Catalina Gutiérrez, la joven estudiante de Arquitectura asesinada por Néstor Aguilar Soto, a quien consideraba su amigo. El crimen sacudió a Córdoba y al país, y hoy su familia la recuerda con profundo dolor.

En este aniversario, su hermana Lucía Gutiérrez compartió un mensaje desgarrador en redes sociales. “Hoy hace 1 año una parte de mí se fue con vos, ya nada es lo mismo ni lo volverá a ser. Es un dolor perpetuo. Te extraño. Te pienso. Maldigo ese 17 de julio”, escribió, expresando una herida que sigue abierta. “Aún duele como el primer día, nada pasa, nada cambia, el tiempo no cura. Se siente como si me estuvieran arrancando el corazón constantemente. Un vacío que nada ni nadie llena.”

Lucía recordó la relación de hermandad con Catalina como única: “Una hermandad fiel y hermosa”, dijo, recordando cómo se cuidaban, defendían, escuchaban y aconsejaban mutuamente. “Eras tan buena, tan inocente, tan compañera, tan graciosa, tan predispuesta siempre para el otro, tan sensible”, escribió, para luego destacar: “Fuiste y sos luz para siempre”.

La joven también remarcó cuánto la marcó su hermana: “Sos mi orgullo más grande, ejemplo de hermana, de persona, de hija, de amiga. Mi hermana estrella que brilla, estrella que nunca se apaga”. En su despedida, añadió: “Y tranquila que el karma tarde o temprano llega… nadie se va de esta vida sin pagar todo el daño que nos hicieron”.

Por su parte, el padre de Catalina, Marcelo Gutiérrez, dijo en diálogo con La Voz en Vivo que hablar del tema “es un sufrimiento permanente”. Tanto él como su esposa, Leonora, creen necesario que el caso de su hija sirva para ayudar a otros jóvenes a identificar vínculos manipuladores o violentos.

Marcelo también compartió que Catalina era “una persona muy buena”, y que esa cualidad la llevó a no poder distanciarse del vínculo tóxico con Aguilar Soto. “Era su amiga, alguien en quien confiaba. No tiene explicación lo que hizo. No hay manera de hacer eso con la persona que amás”. Además, recordó que Soto, durante el juicio, le dijo “Perdón L.” a Leonor, algo que él consideró una disculpa vacía: “Una basura humana”, sentenció.

El impacto social del caso fue profundo. Incluso en la calle, las personas se acercan a la familia a expresar su cariño. “Siento que es un abrazo de Catalina”, relató Marcelo. Las amigas de su hija siguen yendo a su casa y acompañaron a la familia durante todo el juicio. “Estamos profundamente agradecidos porque todo fue impecable. Se hizo Justicia”, afirmó.

El femicidio y la condena de Néstor Soto

Durante el juicio, el tribunal determinó que Aguilar Soto ejerció una «violencia psicológica sutil pero constante» sobre Catalina, en el marco de una «amistad tóxica». La relación se volvió más posesiva cuando ella comenzó una nueva relación sentimental, lo que el acusado no aceptaba. La sentencia reveló que el imputado tenía un patrón similar con otras mujeres, pero no con sus amistades varones.

El fallo determinó que el acusado la golpeó, la maniató, la estranguló y luego quemó su cuerpo y pertenencias para encubrir el crimen. Finalmente, fue condenado a prisión perpetua por los delitos de lesiones leves agravadas por mediar violencia de género, en concurso real con homicidio agravado por mediar violencia de género; y homicidio agravado por haberse cometido para procurar la impunidad.

El mensaje de la Justicia a la familia

En un mensaje durante la sentencia, los jueces dijeron que Catalina “merecerá ser recordada siempre como alguien que lo dio todo, hasta su propia vida, en pos de una sana y sincera amistad”. La describieron como la “abanderada de la amistad sana, la que se brinda a los amigos, la que está pendiente de sus necesidades. Esos son los valores que enarboló hasta el final, y que nadie le podrá arrebatar”.

En homenaje a su memoria, la Facultad de Arquitectura de la UNC inauguró una plazoleta con su nombre. Allí, entre palabras y flores, su familia, amigas y comunidad académica buscan transformar el dolor en memoria viva y en llamado colectivo contra la violencia machista. Catalina Gutiérrez, para todos ellos, es hoy una estrella que brilla y no se apaga. 

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