Fuertes disturbios y represión afuera de la Cámara alta durante el debate en el Senado

Hasta anoche se seguían registrando incidentes en las afueras del Congreso, donde el Gobierno había desplegado un impresionante operativo de seguridad que derivó en duros enfrentamientos con los manifestantes, que incluyeron el incendio de un automóvil.

Fuertes disturbios y represión afuera de la Cámara alta durante el debate en el Senado

El debate de las leyes oficiales se vio coronado en las calles adyacentes por fuertes incidentes que incluyeron una dura represión de la policía a una multitudinaria manifestación y numerosos desmanes, como el incendio de un auto.

Manifestantes de distintos signos políticos, movimientos sociales, sindicatos y ciudadanos comunes colmaron la Plaza de los Dos Congresos desde la mañana para expresar su rechazo a las normas. El Gobierno había dispuesto un impresionante operativo de seguridad que incluyó cientos de oficiales de la policía porteña y las fuerzas federales, que a las 15 empezaron a avanzar sobre los manifestantes para aplicar el protocolo antipiquetes.

Los incidentes no tardaron en llegar, con una dura represión en los alrededores del edificio legislativo que incluyó carros hidrantes, balas de goma y gases lacrimógenos, hiriendo a manifestantes e incluso a cinco diputados de Unión por la Patria (UxP) que se habían acercado para apoyar las protestas.

La represión no hizo más que enardecer a los manifestantes, que respondieron con piedras e incluso bombas molotov, al punto que llegaron a dar vuelta un automóvil de la radio Cadena 3 y lo prendieron fuego. Las refriegas dejaron decenas de heridos, entre ellos jubilados que recibieron gases lacrimógenos y golpes de las fuerzas policiales, mientras que los detenidos ascendían anoche a 27 personas.

El Gobierno justificó la represión calificando a las protestas como “un intento de golpe de Estado” y felicitó a las fuerzas “por su excelente accionar reprimiendo a los grupos terroristas”. Anoche, la policía había vuelto a salir a reprimir con gases y balas de goma ante la emergencia de cacerolazos ciudadanos que querían acercarse al Congreso para repudiar la votación.

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