En medio del escándalo por la demora del Gobierno en el reparto de alimentos a los comedores comunitarios y las irregularidades en Capital Humano, la iglesia advirtió ayer que el 10% de la población argentina “sufre hambre de manera frecuente”, porcentaje que trepa casi al 15% entre los menores de 18 años. Además, una de cada cuatro personas no ingieren la cantidad de alimento suficiente o directamente se deben saltear alguna comida porque los ingresos no les alcanzan, aunque entre los menores de edad esta situación extrema alcanza a más del 32% de los chicos.
Los datos forman parte de la “Radiografía de la pobreza en la Argentina: realidad social y solidaridad que es esperanza”, elaborada por el Observatorio de la Deuda Social (ODSA) de la Universidad Católica Argentina (UCA), presentado ayer en el lanzamiento de la colecta anual de Cáritas, la institución de la iglesia para la ayuda a los más necesitados, que se realizará el próximo fin de semana.
El informe revela un fuerte crecimiento de la crisis social en la gestión de Javier Milei. Por ejemplo, establece que en el primer trimestre de 2024 la pobreza alcanzó al 55% de la población (más de 25.000.000 de personas) y la indigencia trepó al 17,5% (8.000.000 de personas). Se estima que unas 5.000.000 de personas cayeron bajo la línea de pobreza en la gestión libertaria, si se toma como referencia el tercer trimestre de 2023, cuando las mediciones del observatorio de la UCA mostraban un 44,7% de pobreza y un 9,6% de indigencia. Vale decir, la pobreza creció en 11 puntos y la indigencia en 8 puntos desde octubre pasado.
El relevamiento muestra además que una de cada cuatro personas sufre “inseguridad alimentaria”, un déficit que agranda el escándalo en el Ministerio de Capital Humano. “Los datos pueden parecer fríos o que son solamente un número, pero atrás hay un sentir profundo, hay rostros, hay familias pobres o indigentes que experimentan hambre o están mal alimentadas por razones económicas, hay desocupados que no pueden acceder a un trabajo de calidad o trabajadores sobreocupados pobres”, dijo Eduardo Donza, experto en trabajo y desigualdad, al presentar el informe.
En ese sentido, señaló que actualmente “el 32% de los trabajadores ocupados residen en hogares en situación de pobreza, o sea, que no alcanza a tener un trabajo para salir de la pobreza” y subrayó que “esto es mayor en los trabajadores no registrados o presurizados, donde se acerca al 50% o al 60%, producto de una estructura productiva que no genera los puestos necesarios y de calidad”. Frente a esa realidad, Cáritas puntualizó atiende en sus comedores al 50% de los niños menores de edad.
El gasto en comedores cayó casi un 70%
El gobierno nacional no solo retuvo 6.000.000 de kilos de comida que venía de la gestión anterior en galpones de Villa Martelli (Buenos Aires) y Tafí Viejo (Tucumán) en medio de la crisis social descripta por el informe de la iglesia católica, sino que prácticamente no concretó nuevas compras ni transfirió comida a las provincias y los municipios del país. Así surge de un informe del Centro de Economía Política Argentina (Cepa) sobre la ejecución presupuestaria de la Nación para comedores y merenderos, que cayó casi el 70% en 2024, incluido mayo.
“Otros programas también sufren recortes, incluso superiores, como los casos Plan Nacional de Primera Infancia (-85%), Economía Social (-99%) y el Plan Nacional de Protección Social, con una caída del 92%”, advirtió el Cepa, que destacó la falta de envíos de alimentos a los distritos.
Hasta inicios de mayo había transferido un 10% a provincias y municipios para comedores en comparación al año anterior y menos de $ 50.000.000 del Plan Nacional Argentina Contra el Hambre, una nimiedad frente a los $ 3.946 millones de 2023.