El sábado se llevó a cabo una fiesta electrónica en La Fábrica, local de La Calera en el cual habitualmente se realizan este tipo de encuentros. En esta oportunidad el artista que convocó una gran cantidad de público fue Innellea.
Durante el ingreso al evento se sucedieron tensas discusiones entre los asistentes y los guardias de seguridad ya que estos tenían órdenes de pedir los documentos del público y verificar el barrio de Córdoba del cual provenían y en función de ello habilitar el paso libremente o demorar a los ingresantes.
El motivo que esgrimió el personal de seguridad es que los punguistas que cada vez actúan más frecuentemente en este tipo de fiestas provienen en su mayoría de determinadas “zonas rojas” de la ciudad.
Frente a estas actitudes por parte de los patovicas, las quejas de los asistentes por los malos tratos y las amenazas recibidas, se escucharon durante toda la noche.