El reto de Silvio, un policía que corre 15 km todos los días para inspirar a otros

Este corredor de La Laguna inició un desafío de 365 días, compartiendo cada jornada en redes sociales para promover hábitos saludables y reflejar el poder del esfuerzo constante.

Cada kilómetro cuenta: Silvio Rodríguez demuestra que la constancia transforma desafíos en logros.

Cada kilómetro cuenta: Silvio Rodríguez demuestra que la constancia transforma desafíos en logros.

Correr no se trata únicamente de cubrir kilómetros, sino de animarse a iniciar y sostener el ritmo día tras día. En una carrera contra el sedentarismo y las excusas, contra el estrés y la ansiedad, contra sí mismo (y a todo terreno), Silvio Rodríguez decidió no detenerse ni un solo día de 2025. Con la constancia y la disciplina como ejes, este policía de la Caminera lleva adelante un desafío que muchos consideran extremo: correr 15 kilómetros diarios durante 365 jornadas consecutivas. Su rutina es documentada en redes, donde busca demostrar que las excusas son, muchas veces, meros obstáculos mentales.

A pocos días de completar el reto, Silvio reconoció que el cansancio existe y, por supuesto, que él no está exento, pero no alcanza para frenarlo. “El reto es un desafío mío”, resumió, aunque admitió que, con el paso del tiempo, dejó de correr solo. Desde Hoy Día Córdoba dialogamos con él para conocer cómo atraviesa estas últimas semanas de esta experiencia.

El origen del desafío

Su vínculo con el running comenzó en 2021, pero la idea del reto surgió de una observación constante, tanto propia como ajena: la falta de tiempo como excusa recurrente. Frente a ello, decidió exponerse y mostrar su propia rutina. “Yo venía escuchando mucho la palabra ‘tiempo’ como excusa”, explicó. La premisa fue simple: “Si yo lo puedo hacer, lo puede hacer cualquiera”.

Más allá del desafío físico, correr se convirtió en una herramienta de equilibrio. El hábito lo ayudó a controlar el estrés laboral y la ansiedad. “El movimiento cura, sana y ayuda muchísimo, no solo a la salud física, sino también a la mental”, aseguró.

Silvio interpreta las responsabilidades cotidianas como parte de una mochila invisible: “Todos cargamos una mochila con horas de trabajo, preocupaciones, estrés, miedo, inseguridades, vergüenza. El error es pensar que arrancar es hacer mucho; arrancar es hacer poco. La mochila no va a desaparecer, pero se va a poner más liviana y ahí te vas a sentir mejor”.

La distancia elegida se basó en el promedio que había acumulado el año anterior y porque es una medida habitual en competencias. Desde el inicio, tuvo claro que el objetivo no era imponer una exigencia extrema. “No quiero que la gente corra como lo hago yo todos los días, pueden salir a caminar, andar en bici, nadar o jugar al fútbol. La idea es estar en movimiento”, señaló.

«Esa foto comprueba como voy corriendo y filmando los videos», expresó con humor Silvio.

Obstáculos y momentos inesperados

El desafío no fue lineal ni cómodo. Para evitar que el cuerpo y la mente entraran en automático, Silvio fue sumando dificultades: corrió en chancletas, con peluca, con una escoba, con el cuerpo pintado, con casco, con antiparras, hacia atrás e incluso descalzo en su patio. “El cuerpo se acostumbra, entonces ponerle dificultades lo hace más entretenido”, explicó.

Uno de los momentos más difíciles ocurrió precisamente en Brasil. Silvio fue de vacaciones durante un brote de gastroenteritis en la zona y terminó padeciendo la enfermedad. Mientras corría por la playa sintió que su cuerpo se “desinflaba”, apenas pudo trotar, con la tensión baja y el cuerpo agotado. Esa noche sufrió fiebre y llegó a temer que su reto se cortara. Al día siguiente, recurrió a varios antibióticos y logró completar la distancia nuevamente. Fueron tres días consecutivos bajo estas condiciones, pero él decidió no rendirse: “Si no se corta acá, el reto sigue y no se corta hasta el 31 de diciembre”, recordó haber pensado aquel día.

Además, aprovechó la visibilidad del reto para sumar mensajes y causas. Corrió por la concientización del autismo, dedicó una jornada a juntar basura durante el Día de la Tierra y, en fechas especiales, lo hizo con el uniforme de trabajo completo, como en el aniversario de la Caminera o el Día de la Policía. También participó en el Día del Bombero Voluntario corriendo con el traje de bomberos y otro día del reto dio un mensaje de concientización por el Día Internacional de la Lucha contra el Cáncer de Mama.

El recorrido incluyó alertas físicas como molestias en la rodilla y el isquiotibial, y el recuerdo de una lesión previa que lo obligó a frenar meses atrás. “Me asusté cuando volvió a doler, pero aprendí que si estás muy pendiente del dolor, es peor”, afirmó. Hasta ahora, sigue adelante con algunas molestias, pero sin lesiones.

Uno de los episodios más sorprendentes ocurrió en Brasil, durante el día 41 del reto. Mientras recorría la playa, un niño lo reconoció y se acercó para saludarlo. Proveniente de Formosa, seguía sus videos en redes sociales, y aquel encuentro le mostró que su mensaje estaba llegando mucho más lejos de lo que había imaginado. “¡Veo tus videos!”, le dijo el pequeño. Silvio confesó que quedó completamente impactado y no podía creerlo. “Estas cosas, sin dudas, te dan muchísima fuerza para continuar”, aseguró Silvio.

Carrera compartida

A medida que sus videos se multiplicaban, comenzaron a llegar mensajes conmovedores. “Hace unos días me escribió un chico que tuvo cáncer y me dijo que mis videos fueron parte del cambio que estaba haciendo”, contó. “Esos mensajes me dan fuerza para seguir, sobre todo ahora que vengo cansado”, admitió.

El desafío también convivió con momentos personales importantes. Durante el reto nació su hijo menor, en el día 230, y el video de ese día se hizo viral porque corrió con bata, cofia y barbijo. “Quiero que mis hijos sepan que su papá nunca se detuvo y que ellos tampoco deben hacerlo. Porque la vida es de los que insisten, de los que creen, de los luchan”, reflexionó aquel día. También atravesó el fallecimiento de su abuelo, en el día 222. “Correr me ayudó a calmar esa tristeza”, aseguró.

El compromiso con los demás es transversal en muchos aspectos de su vida. Silvio destacó que su trabajo le permite estar presente en situaciones donde puede brindar asistencia directa: “El hecho de ser policía me llena muchísimo, por ejemplo, ver un auto que se haya quedado sin combustible y poder llevarlo. Esos pequeños gestos, y el agradecimiento de las personas, es lo que más feliz me hace. Por eso elegí esta profesión, me gusta estar y ayudar a quienes lo necesitan”.

Sin embargo, con el crecimiento en redes llegó también la presión, sentir la obligación de generar material constante se volvió agotador. “Llegué a estar super frustrado porque quería crear más y llegar a más gente, y había dejado de lado lo importante: correr mis 15 km. Entonces me puse un freno, porque esto es algo que tengo que disfrutar si es algo que me gusta”, relató.

Hoy, con casi 30 mil seguidores siguiendo su proceso, reconoce que el reto ya no es solo suyo. “Hay gente que me escribe ‘estoy esperando tu video’, y eso te empuja cuando no tenés ganas”, contó. Aun así, aclaró: “Tener muchos seguidores nunca fue el objetivo. Si ese hubiese sido el objetivo, tal vez hubiese abandonado en el día 100”.

Con la meta a la vista, Silvio reflexionó sobre los cambios que le dejó el desafío. “Hacer videos todos los días también me ayudó a expresarme mejor”, dijo, y adelantó que ya piensa en un nuevo desafío para el próximo año, que incluirá otras disciplinas. 

Con la mirada puesta en el camino recorrido, evita hablar de llegada. Prefiere centrarse en lo que aprendió y en cómo su historia puede inspirar a otros. Mientras tanto, ya se prepara para un nuevo día del desafío: correr disfrazado de Papá Noel.

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