Se cumplen tres años del crimen de Blas Correas en manos de la Policía

El caso develó una trama que combinaba un asesinato, falta de preparación de la fuerza y el intento por encubrir el crimen

Se cumplen tres años del crimen de Blas Correas en manos de la Policía

Hoy se cumplen tres años del crimen de Valentino Blas Correas, el adolescente de 17 años que murió a manos de la Policía. La familia de Blas invitó a una misa en su memoria.

La ceremonia se realizará en la Iglesia Catedral de Córdoba a las 11 de la mañana. “A lo largo de todo este tiempo, Blas ha sido el ángel que nos ha dado fuerzas para seguir esta lucha, para levantarnos cuando creíamos que todo estaba perdido, para iluminar el camino que debíamos seguir y que pensamos seguir hasta el final de nuestros días”, escribió la familia en la invitación.

Y agregaron: “Es por esto que este domingo realizaremos una misa en honor a esa luz que nos enseñó cuál era el camino correcto, y hoy queremos hacer volar en alto nuestro amor hacia él”.

En agosto de 2020, el caso de violencia institucional local con mayor repercusión de los últimos tiempos impulsó movilizaciones masivas en distintos lugares.

Era plena pandemia por el coronavirus y regían las restricciones por la cuarentena. Aquella medianoche del 6 de agosto de hace tres años, Blas y sus amigos volvían de cenar a bordo de un Fiat Argo blanco y, unas cuadras antes de recibir los disparos, tuvieron un altercado con dos hombres que iban en una moto.

Los motociclistas alertaron metros más adelante a dos policías que había un auto haciendo maniobras peligrosas. Eso derivó en una alerta radial y, lo que podría haber sido un control normal con una multa o un llamado de atención, terminó en tragedia.

Según consta en la investigación, los adolescentes evadieron el control policial en el cruce de la avenida Vélez Sarsfield y Romagosa. Los videos ayudaron a establecer que los policías Lucas Gómez y Javier Alarcón dispararon al auto que no frenó en el retén.

Uno de esos balazos hirió de gravedad a Blas Correas. Los chicos continuaron su camino, que terminó con el Fiat Argo en pleno centro de la ciudad y uno de los adolescentes muerto.

Fue el fiscal de instrucción José Mana quien pudo determinar que Alarcón era el policía que empuñaba el arma y que a su lado estaba Gómez. Se comprobó que el primero disparó dos tiros y el segundo, cuatro. Cinco de estos dieron contra el auto donde viajaban los adolescentes y se supo que del arma de Gómez salió el proyectil que mató a Blas.

Además, tras la investigación se comprobó la existencia de una maniobra de encubrimiento que comprendió comunicaciones entre los uniformados para buscar un revólver trucho, plantarlo en la escena del crimen y simular un rastrillaje para secuestrarlo. Por otra parte, se reprochó incluso a jefes policiales que se reunieron en Plaza de las Américas y omitieron denunciar lo sucedido y seguir el protocolo que correspondía.

La agente Wanda Esquivel fue quien en el juicio derribó las mentiras que habían construido al menos nueve policías. Confesó que ella fue quien plantó un arma en una rotonda cercana para que el asesinato cometido por Gómez y Alarcón tuviera una justificación. Y omitió avisar por radio que Blas estaba muerto y que el disparo había salido, sin justificación alguna, de las armas de sus compañeros.

El juicio por el asesinato de Blas Correas finalizó el 31 de marzo y en él 11 agentes recibieron condenas. Los cabos Gómez y Alarcón, quienes dispararon en el control policial aquella madrugada, fueron condenados a perpetua.

Por las maniobras de encubrimiento posteriores al homicidio, la Cámara Octava del Crimen, con jurados populares, también condenó a la agente Wanda Esquivel a tres años y 10 meses de cárcel; oficial Yamila Martínez a cuatro años y tres meses; cabo Leandro Quevedo a cuatro años; oficial Ezequiel Vélez a dos años y seis meses; subcomisario Sergio González a cuatro años y 10 meses; comisario inspector Walter Soria a cuatro años y nueve meses; subcomisario Enzo Quiroga a cuatro años y ocho meses; comisario inspector Jorge Galleguillo a cuatro años y ocho meses; y comisario inspector Juan Gatica a cuatro años.

La Justicia también resolvió absolver al cabo Leonardo Martínez y al agente Rodrigo Toloza, quienes también se encontraban imputados por encubrimiento y por falso testimonio.

Además, existen dos causas que aún continúan abiertas sobre el crimen. Una apunta a la investigar las actuaciones de varios funcionarios y exfuncionarios como la actual jefa de Policía, Liliana Zárate Belleti, quien estaba a cargo del área de Recursos Humanos, del ex ministro de Seguridad de la Provincia, Alfonso Mosquera, su ex secretario, Lucas Mezzano y el ex comisario Gonzalo Cumplido, entre otros. Por otra parte, también se pidió aclarar el papel de los uniformados que rodearon el vehículo detenido en Chacabuco y Corrientes, mientras en el interior agonizaba Blas.

Paralelamente, hay otra causa que se desglosó de la investigación original y es la que tiene que ver con la negativa de la Clínica Aconcagua de atender a Blas Correas cuando fue llevado de urgencia a ese nosocomio tras recibir el impacto de la bala policial.

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