Septiembre marcó una desaceleración inflacionaria, pero la crisis alimentaria persiste en Córdoba

La dependencia de ayudas estatales para cubrir necesidades básicas y el endeudamiento para poder comer reflejan una realidad alarmante que requiere atención urgente.

Septiembre marcó una desaceleración inflacionaria, pero la crisis alimentaria persiste en Córdoba

El Informe Económico y Social correspondiente a septiembre presentado por el Centro de Estadísticas y Tendencias del Centro de Almaceneros de Córdoba reveló un panorama económico de contrastes en Argentina, especialmente en la provincia de Córdoba. Mientras la inflación mensual mostró una significativa desaceleración, los indicadores sociales reflejan una crisis alimentaria en constante aumento.

Inflación en su punto más bajo en 32 meses

En septiembre, la inflación se ubicó en 3,7 %, marcando una reducción de 0,5 puntos respecto al mes anterior, y convirtiéndose en el mes de menor inflación de los últimos 32. No se observaba un porcentaje tan bajo desde enero de 2022. No obstante, la inflación interanual alcanzó el 250 %, una cifra alarmante que evidencia la persistente inestabilidad económica del país. Además, la inflación acumulada en lo que va de 2024 se sitúa en 111 %, con una proyección anual del 137 %.

El costo de la vida y el acceso a alimentos, una situación crítica

El informe de los Almaceneros destaca que el valor de la Canasta Básica Total (CBT), que establece la línea de pobreza para una familia de cuatro integrantes, ascendió a $1.176.159 en septiembre. A su vez, la Canasta Básica Alimentaria (CBA), que marca la línea de indigencia, tuvo un costo de $633.021, con un incremento mensual de 1,9 %, el más bajo en tres años.

Sin embargo, la desaceleración inflacionaria no ha mejorado significativamente las condiciones sociales. Un alarmante 58,1 % de los hogares encuestados no logró acceder a la totalidad de los alimentos que componen la Canasta Básica Alimentaria. De los hogares que sí pudieron hacerlo, solo el 25,2 % lo logró con recursos propios, mientras que el 74,8 % restante dependió de asistencia estatal, principalmente a través de la Asignación Universal por Hijo (AUH) y la Tarjeta Alimentar.

Hambre y precariedad alimentaria: la cruda realidad

El impacto de la crisis económica se refleja de manera dramática en los hogares cordobeses. 10,9 % de las familias encuestadas confesó que algún miembro del hogar solo pudo comer una vez al día o directamente no comió en algún momento de septiembre por falta de recursos. Además, un 30,1 % señaló que alguno de sus integrantes sintió hambre, pero no pudo consumir alimentos debido a la escasez de recursos.

Otro dato que sobresale es que el 49,2 % de los hogares reportó que uno o más miembros de la familia debieron saltarse comidas, como desayuno, almuerzo o cena. En un contexto de extrema vulnerabilidad, 17,1 % de las familias se vieron obligadas a pedir dinero o comida para poder subsistir.

Endeudamiento para subsistir

La crisis alimentaria también ha forzado a las familias a recurrir a distintas formas de financiamiento. El 89,1 % de los hogares encuestados informó que en septiembre debió financiar la compra de alimentos: 42,6 % lo hizo a crédito o fiado, mientras que 35,8 % utilizó tarjetas de crédito y un 10,7 % pidió dinero prestado.

Además, el volumen de ventas en los comercios de proximidad del rubro alimenticio, como carnicerías, almacenes y verdulerías, cayó un 25,2 % en comparación con el mismo mes del año anterior, lo que demuestra un claro descenso en el consumo de bienes esenciales.

 

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