Soledad Laciar: “Voy a morir como las Abuelas”

Así fue el duro y desgarrador testimonio de la madre de Valentino Blas Correas en el inicio de la última audiencia del histórico juicio en la sede de los Tribunales. Su presencia en la marcha de la Memoria.

Un jurado popular dará a conocer hoy el veredicto del juicio que se le sigue a 13 policiales por el crimen de Valentino Blas Correas (17), ocurrido en agosto de 2020 durante un control vehicular, cuando se movilizaba con cuatro amigos en la ciudad de Córdoba.

En el inicio de la última audiencia llevada a cabo en la sede de los Tribunales de la capital, Soledad Laciar, madre de Blas, aseguró que tiene “todas” las expectativas frente al proceso llevado a cabo hoy. “Verme acá es una locura”, afirmó entre medio de lágrimas.

A lo que continuó su relato haciendo hincapié en su presencia en la reciente marcha del Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia: “Recién lo estoy entendiendo ahora, lo entendí el 24 (de marzo) cuando marché. El 24 me di cuenta en el lugar en el que estoy”, aseveró.

“Marché por mi hijo junto a mujeres que hace más de cuarenta años luchan por lo mismo”, relató entre medio de la conmoción.

“Así voy a morir yo, pero con el orgullo de que sé que mi hijo va a estar orgulloso que su familia siempre va a estar luchando de pie para que algo en esta bendita provincia cambie”, agregó.

“Prometo que me voy a morir así, como a estas mujeres (Abuelas de Plaza). Porque entendí que este es el camino”, cerró.

Ver también: Finaliza hoy el juicio por el crimen policial a Blas Correas

Luego del proceso llevado a cabo esta mañana, el Tribunal de la Cámara 8va. del Crimen informará al jurado popular los lineamientos para que pasen a deliberar y den a conocer el veredicto.

En los alegatos del juicio -que comenzó el 7 de septiembre del año pasado, se extendió durante 36 audiencias y declararon medio centenar de testigos-, los fiscales Marcelo Hidalgo y Fernando López Villagra solicitaron que se condene a todos los policías imputados, pedidos a los que adhirieron las partes querellantes.

«No tengo dudas que los 13 son culpables», manifestó Laciar y añadió que también espera con mucha expectativa las últimas palabras de los acusados: «Espero que no se les ocurra pedir disculpas. Lo que necesito es que digan la verdad, eso que ayudaría a salir un poquito más liviana de este juicio».

«Ya los abandonó el Gobierno (provincial), los abandonó la policía, todos los abandonaron. Sus familias no lo van a abandonar si son honestos, si dicen la verdad de lo que pasó», resaltó la mujer y reclamó al tribunal y al jurado popular que «dicte sentencia justa, para que nunca más haya víctimas de la violencia institucional».

Asimismo, anticipó que su lucha «no termina con este juicio», ya que avanzará en su pedido por «el segundo juicio» para los «responsables políticos»: «Es necesario esclarecer todo para que la gente vuelva a confiar, vuelva a creer en la policía, que debe cuidarnos y no matarnos».

El abogado Manuel Gutiérrez, representante querellante de Mato Natali (19) que es uno de los cuatro acompañantes de Blas Correas en el automóvil baleado, también consideró en declaraciones a Télam que «todos los imputados son responsables en distintas medidas, por lo tanto corresponde que las sentencias sean condenatoria» y criticó a la defensa de los policías que pidieron la absolución de 12 de ellos.

«Pareciera que no cometieron ningún acto ilícito, que están sentados frente al tribunal y el jurado por error. Están convencidos que toda la acción desplegada ha sido correcta», dijo, indignado, tras la cual agregó que el silencio sobre la verdad forma parte de la «obediencia desmedida hacia la estructura jerárquica, que no es otra cosa que un complot de encubrimiento».

Según la investigación, el hecho ocurrió la madrugada del 6 de agosto del 2020, cuando Juan Cruz Camerano Echevarría (20) conducía un Fiat Argo blanco, junto a cuatro amigos y compañeros de colegio: Valentín Blas Correas, Camila Toci, Cristóbal Bocco Camerano y Mateo Natali, ahora mayores de edad pero que al momento del hecho tenían 17 años.

Cuando circulaban en la zona de avenida Vélez Sarsfield y Romagosa, del barrio Colinas en el sur capitalino, se había montado un control policial de prevención en donde los efectivos hicieron señas al conductor para que aminore la velocidad, pero al acercarse al puesto de seguridad decidió acelerar y continuó la marcha.

El expediente detalla que el cabo primero Lucas Gómez (37), «con intención de matarlos» efectuó cuatro disparos con su arma reglamentaria contra el automóvil, en tanto su compañero el cabo primero Javier Catriel Alarcón (33), «en acuerdo tácito (con Gómez) y aportando al plan común de dar muerte a los ocupantes del vehículo», también efectuó dos disparos «a sabiendas que no había justificación legal para ello».

Las pericias determinaron que uno de los cuatro disparos efectuados por el suboficial Gómez impactó sobre la zona de la escápula derecha de Correas, que le ocasionó lesiones en el lóbulo inferior del pulmón derecho, la vena cava inferior y el ventrículo derecho, determinándose que la causa eficiente de la muerte fue por traumatismo de tórax causada por el proyectil.

Los demás ocupantes no sufrieron heridas, no obstante uno de los disparos traspasó el apoyacabeza y la capucha del adolescente Bocco Camerano, a milímetros de su cráneo. Posteriormente, y con el objetivo de simular un enfrentamiento con un grupo armado, los policías ‘plantaron’ un arma en las cercanías donde luego ocurrió la balacera.

Blas Correas murió cuando el automóvil fue interceptado y demorado en la intersección de Chacabuco y Corrientes. Los fiscales y las querellas, en sus alegatos, solicitaron «prisión perpetua» para Gómez y Alarcón, al considerarlos «coautores de homicidio calificado por haber sido cometido en abuso de su función por un miembro de las fuerzas policiales y homicidio agravado por el empleo de armas de fuego».

También por los delitos de «homicidio calificado por haber sido cometido en abuso de su función por un miembro de las fuerzas policiales en grado de tentativa reiterado -cuatro hechos- y homicidio agravado por el empleo de armas de fuego en grado de tentativa reiterado -cuatro hechos-, en concurso ideal, y todos ellos en concurso real».

Además, los fiscales pidieron seis años de prisión por «falso testimonio, encubrimiento por favorecimiento personal y real agravado por la calidad funcional y por la gravedad del hecho y omisión de deberes de funcionario público en concurso ideal», para el subcomisario Sergio González (44), el comisario Juan Antonio Gatica (46), y los comisarios inspector Jorge Galleguillo (46) y Walter Soria (45).

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