La Policía tuvo una fallida intervención cuando irrumpió en una obra de teatro, presuntamente por la denuncia de algún vecino que confundió lo que estaba ocurriendo en un centro cultural con un robo o un ilícito similar, cuando en realidad era el desarrollo de una pieza artística con la participación de unas 40 personas.
El insólito episodio se registró en la noche del sábado en el Chalet Hereje, ubicado sobre la calle Lisandro de la Torre al 288 de la ciudad de Villa María, donde se llevaba a cabo la obra «El Juego, cuando el terror supera a la ficción», dirigida por Andrés Brarda, a quien le apuntaron con un arma.
Brarda, se refirió a lo acontecido a través de su cuenta de Instagram donde publicó: «Cuando el terror supera la ficción. Así es el titulo de la obra y hoy fue literal. Nos comimos un atropello por una denuncia equivocada».
«Revólveres con linternas me apuntaron pidiéndome explicaciones sobre el hecho artístico que estaba aconteciendo. Felicito al equipo que pudo sobrellevar este mal trago con muchísimo oficio. La Policía pidió disculpas, pero fue aterrador lo que sucedió en un espacio cultural», añadió el dramaturgo.
En declaraciones a la prensa Brarda indicó: «En ese momento, se me pasaron mil cosas por la cabeza. Cuatro policías, entre ellos una mujer, irrumpieron en el teatro, me llevaron contra la pared y me apuntaron con el arma en la cabeza».
«Ayer (por el sábado) teníamos previsto una doble función, a las 22 y a la medianoche. Se trata de teatro interactivo, donde se abordaba la problemática del bullying, a través del género del terror, por lo que, tanto los actores como las personas del público necesitábamos estar parados», explicó a El Diario de Villa María.
Asimismo, añadió: «Fue entonces que, precisamente por lo que se propone en la obra, el chalé quedó a oscuras y la gente empezó a entrar iluminándose con los celulares. De pronto pudimos ver que, desde afuera, se nos alumbraba con linternas, hasta que llamaron a la puerta principal del chalé y fue entonces que entraron los cuatro policías me arrinconaron contra una pared y, apuntándome con el arma en la cabeza me decían a toda voz: ´¿Qué están haciendo?, ¿Qué están haciendo?´.».
El director contó: «Después de varios minutos los policías se dieron cuenta de que allí estábamos artistas y público, participando de una obra de teatro. Entonces, pidieron disculpas y se fueron».