Este jueves la Corte Suprema de Justicia de la Nación rechazó el recurso de queja presentado por el abogado Miguel Ángel Ortíz Pellegrini, defensor de Brígida Mercedes Segalá. Previamente, Ortiz Pellegrini había presentado el recurso extraordinario en el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) donde también fue declinado.
Se dio fin de esta forma a uno de los casos policiales más resonantes de Córdoba ocurrido el 17 de noviembre de 1998 en el que Héctor Hugo Corradini, dueño de la panadería Corradini ubicada sobre Av. Fuerza Aérea, falleció tras ser baleado en la cabeza dentro de su propio vehículo, en barrio Los Naranjos de la ciudad de Córdoba.
A partir de allí, se siguió una compleja y sinuosa investigación que desembocó en un primer juicio en la Cámara Novena del Crimen con cuatro imputados: los policías Reynaldo Aguilar y Mario Onainty, Héctor Mandrake” Quinteros y Segalá, esposa del fallecido. Todos fueron absueltos excepto Aguilar, que fue condenado a siete años de prisión por el secuestro del panadero.
Este caso se elevó al Tribunal Superior de Justicia donde se ordenó un nuevo juicio en la Cámara Tercera del Crimen solo para Quinteros y Segalá, donde ambos fueron condenados a prisión perpetua.
Carlos Nayi, querellante y representante de la familia Corradini expresó: La Corte Suprema de Justicia de la Nación, en un fallo unánime suscripto por su cuatro ministros, ha rechazado el último esfuerzo desesperado efectuado por el doctor Ortiz Pellegrini en representación de Segalá”.
De esta manera, quedó firme la condena de la imputada por el delito de homicidio triplemente calificado por el vínculo, por codicia y por pago a precio remuneratorio. También quedó firme la sentencia a prisión perpetua en contra del Mandrake” Quinteros, un ícono del crimen mafioso. Ambos condenados se encuentran alojados en la unidad carcelaria de Bouwer.
En un proceso judicial que se prolongó a lo largo de 20 años, Nayi detalló que quedaron en evidencia dos móviles para cometer el delito, los cuales tenían un objetivo excluyente: matar a Corradini. Por un lado, señala dos seguros de vida sobre Corradini como motores del proyecto criminal. Por el otro, apunta al intento de denuncia que el panadero no logró consumar: alquiler de armas de delincuentes por parte de policía, la venta de armas de origen ilícito y la sobrefacturación.
Este último móvil, con la consecuente participación policial en el delito, estaría determinado y probado por el recorrido del arma homicida. El arma con que se mata a Corradini salió desde un precinto policial en un sobre lacrado. Un calibre 32 marca Tanque con la que el sicario al que le había pagado la viuda de Corradini ejecutó el homicidio con tres disparos de arma de fuego. Alcanzado el objetivo criminal, el arma volvió a la dependencia policial”, explicó Nayi.
Pero la historia judicial aún no termina ya que tras el fallo de la Corte, la querella pedirá que se reabra la investigación sobre Aguilar (acusado de ser uno de los autores intelectuales del homicidio) y Onainty que habían quedado absuelto en el primer juicio de 2011.
A partir de esta resolución voy a plantear la cosa juzgada írrita. El arma salió de un precinto policial de una causa vinculada a un suicidio en un sobre lacrado, llegó a manos del sicario y luego de consumar el crimen volvió al mismo sobre lacrado. Algo extremadamente grave, por lo que la responsabilidad de los policías no puede quedar afuera. En eso vamos a trabajar a partir de ahora”, manifestó Nayi.