Fernando Albareda fue acusado por el crimen de su madre, Susana Montoya, ocurrido el 1° de agosto en Córdoba. Inicialmente, Albareda denunció el hallazgo del cadáver y acusó a la Policía de estar implicada en el asesinato. Sin embargo, pruebas contundentes llevaron al fiscal a imputarlo por homicidio calificado por el vínculo, alevosía y codicia.
El hijo de la víctima se abstuvo de declarar su responsabilidad en los hechos y revisará las pruebas con su abogado para defenderse.
A través de una cámara de seguridad, se logró observar su camioneta cerca de la escena del crimen en el horario en que este se produjo. Además, se encontraron huellas y células de la piel de Albareda en la casa de Montoya, coincidiendo con la escritura del mensaje intimidante encontrado en la pared.
Ricardo Albareda, hermano de Fernando, sospechó desde un principio de la culpabilidad de su familiar, solicitando ser querellante en el caso. Según testimonios, Fernando habría estrangulado a su madre con una soga mientras ella alimentaba a los perros, aparentemente sin oponer resistencia.
La acusación contra Fernando Albareda ha generado conmoción en el entorno y en la opinión pública, especialmente por las declaraciones previas del acusado contra la Policía y la relación con los hechos que ahora se le imputan. Se espera que el caso siga desarrollándose a medida que se presenten más pruebas y testimonios en el transcurso de la investigación legal.