En un barrio porteño clausuraron un salón de fiestas infantiles por escanear el iris de las personas que asistían y pagar por los datos biométricos.
El descubrimiento se dio gracias a extensas las filas fuera del local que está ubicado en el barrio Flores en Buenos Aires.
Al parecer, estas personas habían sido convocadas por una empresa para entregar sus datos biométricos por una suma de dinero que iba entre los $ 30.000 y los $ 40.000.
Dentro del salón había mesas con aparatos ORB que escanean el ojo y registran los datos personales.
La Agencia Gubernamental de Control de la Ciudad de Buenos Aires con ayuda de la Policía de Capital Federal también intervino y secuestró las máquinas. Además, se emitieron actas de funcionamiento y seguridad por “desviación del rubro habilitado y otras infracciones administrativas”.