Con la absolución de los tres imputados, terminó ayer en la Cámara Novena del Crimen el juicio contra el Hospital Privado por mala praxis tras la cirugía estética que dejó postrada en estado vegetativo irreversible a Valeria Reinoso (40). Por otra parte, se resolvió que el nosocomio pague $ 175.500.000 por lucro cesante, incapacidad y daño moral, monto que deberá actualizarse con intereses a la fecha y ser abonado a los 10 días de que la sentencia quede firme.
En 2018, Reinoso se realizó una intervención estética en el nosocomio y su familia denunció que, durante la recuperación, el personal de la institución le suministró a la mujer un exceso de opioides. La querella había solicitado dos años de prisión condicional y tres años de inhabilitación para el anestesista Aníbal Olivazzi, mientras que para la enfermera Yanina Monier se pidió un año y ocho meses de prisión condicional y dos años de inhabilitación, y para el tercer acusado, el anestesista residente Luis Richetta, se solicitaba la absolución.
Sobre la condena al hospital, el querellante Ricardo Obregón Giraudo consideró que la resolución pudo deberse a que las alarmas de los equipos utilizados no sonaron cuando debían sonar y no alertaron al personal sobre el exceso en la anestesia.
Tras conocerse el fallo, Luciano Fiorelli, esposo de Valeria, dijo a HOY DÍA CÓRDOBA: “Absolvieron a todos los acusados, sentenciaron civilmente al hospital, nada más, pero a los responsables médicos y a los responsables humanos de este daño inconmensurable, los absolvieron”.
“Realmente un espanto lo que fue todo lo que surgió del proceso, todo lo que se vio en este proceso, lo que se tuvo que soportar, lo que tuvieron que soportar mis hijos, lo que tuvo que soportar la familia, pero que finalmente todo eso llevó a una claridad del asunto. Bueno para el tribunal no, no tenemos obviamente los argumentos del fallo, la verdad que no sé si vendré a escucharlos porque para mí no hay ningún tipo de argumento para fallar así”, sostuvo Fiorelli.
Y agregó: “Tenemos simplemente en claro que contra un poder semejante, llámese Hospital Privado, llámese Ricardo Pieckenstainer (actual ministro de salud y director médico del hospital en ese entonces), son corporaciones muy poderosas que tienen sus tentáculos desparramados por toda la órbita incluida la Justicia y nosotros quedamos nuevamente como víctimas de algo que ya veníamos soportando como tal desde hace seis años”.