Más de 400 detenidos en la Unidad de Contención del Aprehendido (UCA) de barrio Cáceres llevaron a cabo una protesta ayer, pasada la medianoche, por las condiciones de hacinamiento y falta de agua que padecieron en plena ola de calor. Según informaron desde el Servicio Penitenciario, los internos quemaron sábanas y pedazos de colchones, y fueron reducidos por las fuerzas de seguridad. No se registraron heridos y los “más revoltosos” fueron transferidos.
La revuelta comenzó en los pabellones de hombres, donde se quemaron sabanas y colchones a modo de protesta por la situación de hacinamiento e intenso calor. Más tarde, se sumaron desde el pabellón de mujeres y llegaron a ser alrededor de 430 los manifestantes.
Sobre la situación que desencadenó la protesta, la familiar de un recluso contó a HOY DÍA CÓRDOBA que una celda para cinco personas estaba poblada por 20. Al hacinamiento se le sumó, en medio de la ola de calor, un corte de agua que también afectó al Hospital Misericordia, ubicado a un par de cuadras del lugar.
El jefe del Servicio Penitenciario, Gustavo Vidal Lascano, aseguró que los disturbios se contuvieron “en 40 minutos con los equipos de trabajo”. Ni bien iniciada la revuelta, se aplicó el protocolo antimotín con la participación de los bomberos, de la Guardia de Infantería y de otras fuerzas de seguridad. Según fuentes judiciales, no se registraron heridos y aún no hay imputados, aunque 15 de los internos fueron trasladados a la penitenciaría de Bouwer.
Por el contrario, familiares de detenidos en la UCA aseguraron que empezaron “a golpear a los presos, lo sacaron desnudos al patio a golpearlos. Las mujeres terminaron algunas quemadas y a las 4 de la mañana recibimos un llamado de los presos diciendo que los tenían golpeándolos ahí adentro”.
Por otra parte, Vidal Lascano explicó que la situación ya está restablecida y que mandaron a “comprar ventiladores industriales para complementar los que ya hay en el establecimiento”.