Los alegatos en el juicio por el crimen de Nora Dalmasso, cometido en noviembre de 2002 en Río Cuarto, comenzó hoy con la exposición de la fiscalía, quien no acusó al viudo Marcelo Macarrón por el femicidio.
En el arranque de su alegato, el fiscal Julio Rivero, indicó que no hay elementos para acusar. En este marco, confirmó que no puede llevar adelante la acusación contra Marcelo Macarrón, por lo que de este modo, la posibilidad de juzgarlo por el crimen de su esposa quedaría descartada.
“No puedo sostener que la mato un sicario no porque no hay prueba sino porque hay prueba de que fue consentido. El sexo consentido hecha por tierra un acuerdo crimina”, señaló Rivero previamente.
En sus alegatos, Rivero cuestionó al fiscal Pizarro por haber decretado secreto de sumario así como también criticó el accionar del bioquímico Zabala, dada la escasez de muestras recolectadas y el procesamiento que hizo.
También hizo un repaso de los distintos juicios desarrollados con jurados populares desde 2005 hasta la fecha como así también dejó una semblanza sobre los riocuartenses y cómo la causa adquirió distintos ribetes en la opinión pública a lo largo de los años.
A su vez, apuntó contra la Policía al recordar que ese día, mientras se buscaban huellas en la vivienda donde Nora estaba muerta, efectivos de la fuerza «se comieron un lomito sobre la mesa». También recordó que en ese momento, no contaban con suficientes hisopos para levantar rastros en la víctima y que hasta se le permitió a un cura manipular su cuerpo.
«A Nora la matamos todos los años porque se ensañaron con ella, como la Nora era linda y de ojos celestes ´por algo le pasó´. Ya está muerta la Nora, no la maten más», aseveró, según lo indicado por el medio el Puntal. Rivero recabó también varios de los testimonios que hubo durante los tres meses de juicio en los que aseguran que el asesino «es del entorno de la víctima» y que fue por un «móvil personal».
De este modo, tras 39 audiencias y más de 70 testigos presenciales, se esperaba que este jueves 7 de julio hubiese sentencia y el proceso llegue a su fin. Este martes, se llevó a cabo el cierre de la incorporación de pruebas y el inicio de la etapa de alegatos, ocasión en que la fiscalía deberá definir si mantiene la acusación que recae sobre el viudo.
En este marco, la ley le concedía al fiscal la facultad de modificar la acusación con la que arrancó el juicio e, incluso, no acusar. El desarrollo del debate oral y la falta de decisión que mostró el fiscal Julio Rivero a la hora de indagar a los principales testigos que desfilaron por los tribunales, la omisión de testigos claves -como los amantes que tenían tanto el acusado como la víctima- y el rol secundario que el fiscal asumió a lo largo de todo el juicio parece abonar el terreno para la absolución de Macarrón.
Cabe recordar que Macarrón fue enviado a juicio como acusado por el delito de “homicidio calificado por el vínculo, por alevosía y por precio o promesa remuneratoria en concurso ideal” por el fiscal Luis Pizarro. Según los datos que constan en el expediente, para el fiscal no caben dudas de que el crimen fue cometido por “un agresor especializado, un sicario”. Alguien que nunca pudo ser identificado.
Tanto el abogado Brito como los familiares de Macarrón aseguraron que no hubo ninguna prueba a lo largo del juicio, ni testimonio fundamental, que alcance para sostener la acusación contra el viudo. Estas cuestiones derivaron en que se llegue a la absolución del viudo.