La Justicia allanó el domicilio e imputó ayer al profesor de Robótica e Informática de un colegio de barrio San Rafael denunciado por el abuso de, al menos, un niño de cinco años. Por su parte, los padres del acusado aseguraron que están viviendo “una pesadilla” y que creen “ciegamente” en su hijo. En tanto, los familiares de los niños se manifestaron ayer frente a la escuela para protestar por la falta de reacción de la institución y para reclamar la detención del acusado.
La acusación que pesaba ayer sobre el docente aparato de su cargo el viernes pasado no es por abuso sexual, sino que representa una formalidad para que el hombre pueda defenderse. Al respecto, Aníbal Boero, abogado del sospechoso, explicó que su defendido “es ajeno a todos los hechos que le acusan por los medios de comunicación”.
Además, Boero comentó que el domicilio del acusado fue allanado el fin de semana. “Fue a fin de secuestrar elementos tecnológicos, ahí puede haber elementos a tener en cuenta tanto por la existencia como la inexistencia”, señaló.
Por su parte, el padre del sospechoso dijo a Canal 12 que “es muy doloroso” lo que están atravesando. “Nunca pensamos pasar por esta situación, es indescriptible el dolor”, sostuvo y denunció que fueron agredidos por los padres de los estudiantes. “Se lo he preguntado 15 o 20 veces y me dice que no hizo nada de lo que le están acusando”, siguió el hombre y explicó que le pidió que entregara todos los aparatos tecnológicos que tuviera para que sean analizados.
Por otra parte, en la mañana de ayer se hicieron presentes en la puerta de la escuela un grupo de padres. Allí, la madre de la víctima señaló: “Un montón de padres me dijeron que sus hijos les habían contado lo mismo”.
En tanto, otra madre congregada aseguró que su hijo también fue víctima y que lo descubrió con la primera acusación. “Desde mayo se defecaba encima, suponíamos que era porque no llegaba al baño. Qué me iba a imaginar que en esta institución le iba a pasar algo así”. “Nos contó cosas terribles”, agregó.
Las respuestas de la institución educativa resultaron insuficientes, pese a la separación del cargo del docente. Y la impotencia también se multiplicó porque allí se continuaron dictando clases con normalidad.