Tras la confirmación de que el cuerpo hallado en las Tapias era el de Santiago Aguilera, en la morgue de Villa Dolores se llevó a cabo la autopsia para determinar la mecánica y data de la muerte, entre otras cuestiones de interés para la causa.
Luego de la realización de estos estudios, los forenses dieron a conocer algunos detalles. Además del golpe fortísimo en la cabeza, el cuerpo presenta evidentes signos que dan la pauta de que Santiago fue sometido a una brutal tortura antes de ser asesinado.
En este marco, los datos preliminares indicaron que el joven presentaba «puntazos» en distintas partes del cuerpo, quemaduras compatibles con cigarrillos y hasta heridas en las manos que hacen presumir que lo clavaron con un hierro.
El informe en cuestión también señaló que el momento de deceso se puede establecer entre 15 a 20 horas antes de que el cadáver fuera hallado por un baqueano. De ser así, a Aguilera lo mataron entre el viernes y el sábado. Esto significa que los asesinos lo habrían tenido cautivo al menos 72 horas.
Según los estudios forenses, Santiago no fue asesinado en la zona donde apareció el cadáver, sino que alguien lo trasladó hacia allí después del crimen. No obstante, se aguardan los resultados oficiales de la autopsia.
Previamente, la familia había recibido un único mensaje extorsivo que provino del propio celular del joven. En esa comunicación, que data del miércoles a la mañana, se indicó que estaba secuestrado y se exigió un rescate de siete millones de pesos. No hubo otro contacto.
El acusado, negado a declarar
Por el caso fue detenido Walter Gil, empleado del corralón propiedad del padre de Santiago, quien se negó este martes a declarar ante la Justicia. El hombre de 23 años fue indagado por el fiscal federal Enrique Senestrari, quien lleva adelante la causa por el homicidio en el marco de un secuestro extorsivo de Aguilera Allende.
Tras la diligencia, Gil continúa detenido, mientras que el fiscal sigue adelante con la pesquisa para esclarecer el suceso iniciado el martes de la semana pasada con el secuestro del joven, cuyo cuerpo fue encontrado a unos 200 metros del Arroyo Seco.
Dolor y pedido de justicia
En tanto, los restos de Santiago serán inhumados este mediodía en el cementerio de Villa las Rosas, tras el velatorio que comenzó ayer en un predio de esa misma localidad.
Familiares, vecinos, amigos e integrantes de la comunidad educativa de la escuela secundaria donde concurría Santiago participaron en las últimas horas de la despedida e incluso un grupo se manifestó frente a los tribunales de la ciudad de Vila Dolores para exigir «esclarecimiento, justicia y castigo a los responsables» del hecho.
Los compañeros de sexto año de la escuela de Villa de Las Rosas convocaron para hoy a las 17.30 a una manifestación en la Plaza San Martín de esa localidad, con el acompañamiento de la Mesa de Trabajo por los Derechos Humanos de Traslasierra para pedir justicia.
Los organizadores pidieron que los asistentes lleven velas, ya que se marchará bajo la consigna «encendamos la luz de la justicia».
Por su parte, el padre de Santiago, Carlos Aguilera, pidió en las últimas horas que se encuentre a los demás responsables del crimen de su hijo. «Los que lo mataron están libres», manifestó el hombre, quien añadió que vive un «desconcierto y preocupación total».
Es que, de acuerdo con el padre de la víctima, la autopsia indica que Santiago fue asesinado el sábado, cuando el acusado Gil ya estaba detenido, lo que «quiere decir que no actuó solo y los asesinos estás libres».
«Hay más involucrados porque la muerte de Santiago se origina cuando el detenido ya estaba preso, o sea que sí han sido varios», manifestó el hombre al canal 12 de Córdoba, al detallar que las pericias forenses sostienen que Santiago murió 24 horas antes de ser encontrado el pasado domingo, mientras que Gil estaba detenido desde el jueves previo.
El caso
Santiago, quien estaba medicado por problemas crónicos de salud, residía junto a su familia en Las Tapias y fue visto con vida por última vez el martes pasado cuando salió de su casa para encontrarse con un amigo para tomar una gaseosa.
El miércoles por la mañana su madre recibió un mensaje desde el celular del joven, en el que le exigieron 7 millones de pesos para su liberación y desde entonces no hubo más comunicación.
Según el padre del joven, el texto recibido decía: «Lamentablemente tenemos a Santiago secuestrado. Te tenemos observado, te estamos siguiendo. Estuviste haciendo un trámite en una aseguradora. No avises a la policía».
A su vez, en dicho mensaje y se le exigía el rescate y se le indicaba que a las 9 de la mañana habría un nuevo contacto, aunque eso no sucedió. Los padres realizaron la denuncia y a partir de entonces se montó un operativo de búsqueda, al tiempo que la justicia federal se hizo cargo de la causa a partir de la hipótesis de un «secuestro extorsivo».
Entre sus primeras medidas el fiscal federal Senestrari gestionó que el Ministerio de Seguridad de la nación dispusiera de una recompensa de tres millones de pesos por datos concretos sobre Santiago.
El domingo por la mañana, mientras su desaparición se investigaba como un secuestro extorsivo, su cuerpo fue encontrado a unos 200 metros del Arroyo Seco, en camino Boca del Río, en el Departamento San Javier.