Previo a declarar, Cumplido arremetió contra la Jefa de Policía y dijo que “siente vergüenza por ella”

El ex comisario y el ex ministro de Seguridad, Alfonso Mosquera, deberán responder sobre la cadena de responsabilidades y de encubrimientos policiales habida en la noche cuando ocurrió el crimen de Blas Correas.

Previo a declarar, Cumplido arremetió contra la Jefa de Policía y dijo que “siente vergüenza por ella”

El ex ministro de Seguridad de Córdoba Alfonso Mosquera y el ex comisario mayor Gonzalo Cumplido declaran hoy como testigos en la 16° audiencia del juicio por jurados a 13 policías por el crimen de Valentín Blas Correas (17), el adolescente asesinado a balazos en un control de tránsito el 6 de agosto de 2020 en la capital provincial.

Previo a entrar a la audiencia, Cumplido dijo ante la prensa presente en tribunales que “siente vergüenza” por la Jefa de Policía de la Provincia, Liliana Zárate Belletti, y que “no quisiera ver más» a Mosquera, a quien describió como una “persona abominable”.

Tras ser consultado por la frase de la Jefa de Policía cuando declaró en el juicio y dijo sentir vergüenza por la actuación policial en esa madrugada, Cumplido dijo hoy que él «siente vergüenza por ella”, porque no actuó como debiera haber actuado. “Diré, comentaré y daré cuenta de todo lo que sé, hice y me pasó”, dijo el ex comisario al referirse a sus planteos en la audiencia. “Esperen a que me siente y charlamos”, anticipó a los medios en el ingreso de la sala.

“Todavía me embarga la bronca por todo lo que pasó. Aún sigo escuchando a personajes que son lamentables”, arremetió Cumplido.

“No tengo ningún inconveniente”, respondió cuando le preguntaron sobre un posible careo con el ex ministro de Seguridad. “Por mí, no quisiera verlo nunca más en mi vida”, agregó.

Una vez ya en la audiencia para dar comienzo a sus testimonios, Cumplido señaló que tras cometerse el hecho de gatillo fácil, la Policía llamó diciéndole: “Tenemos un hecho grave. Hay un chico muerto”. En este marco, para el ex comisario mayor, al principio solo se trataba de “un delincuente en un enfrentamiento”.

“Le pregunté ¿Cómo fue? ¿Quién lo mató? Y él me refiere que había sido nuestro personal”, relató Cumplido. Más tarde, al ser consultado por las irregularidades del caso el comisario enumeró, una por una, cuales fueron las irresponsabilidades del caso.

Señaló en este sentido, que se trató de “un mal accionar” en el uso del armamento y condenó como “conducta totalmente reprochable” que se haya plantado un arma. También cuestionó el hecho de que no se le haya brindado asistencia médica a Blas Correas.

Pasadas las 11 el ex ministro Mosquera ya se encontraba en Tribunales para declarar. No obstante, debía aguardar que terminen las declaraciones de Cumplido que se extendían por largas horas.

La audiencia del debate oral y público comenzó a las 9 en los tribunales de Córdoba y, según lo establecido por el tribunal técnico de la Cámara 8va. del Crimen, el primero en testimoniar fue el entonces subdirector de Seguridad de la capital provincial, Gonzalo Cumplido, y luego Mosquera, quien estaba a cargo del Ministerio para la época del crimen.

Al declarar el 20 de septiembre pasado en el juicio, la mamá de Blas, Soledad Laciar, contó que Cumplido le comentó tras el crimen que Mosquera le había prohibido que tomara contacto con ella y su familia para transmitirle las condolencias y darles explicaciones de lo ocurrido. La mujer también afirmó que cuando el ahora ex ministro estaba en sus funciones el gobernador Juan Schiaretti no le había permitido reunirse con ella.

«Mosquera me envió un mensaje de condolencias por Whatsapp recién el 11 de agosto», contó Soledad Laciar y dijo que le pidió que le gestionara una reunión con el Gobernador «solo para verlo a los ojos», pero no accedió al pedido. «Nunca recibí explicaciones del Gobierno de lo que le había ocurrido a mi hijo», dijo Laciar.

El 20 de septiembre último, el gobernador Schiaretti relevó del cargo a Mosquera ante el generalizado descontento social por el crecimiento de la inseguridad en la provincia y también por el aumento de acciones de violencia institucional cometidos por personal policial.

En la madrugada del 6 de agosto del 2020 Blas Correas se trasladaba en un Fiat Argo junto a cuatro amigos y, cuando circulaban por el barrio Colinas, en el sur de la capital cordobesa, evadieron un control policial porque el conductor se asustó al ver que uno de los policías había desenfundado un arma.

Dos efectivos dispararon contra el rodado y uno de los proyectiles impactó en la espalda de Blas, quien murió. Por el homicidio se encuentran acusados el cabo primero Lucas Damián Gómez (37) quien, según la fiscalía, efectuó cuatro disparos con su arma reglamentaria, y el cabo primero Javier Catriel Alarcón (33), quien disparó en dos oportunidades.

Ambos llegaron al juicio como «coautores de homicidio calificado por haber sido cometido en abuso de su función y homicidio agravado por el empleo de armas de fuego, homicidio calificado por abuso de su función en grado de tentativa reiterado -cuatro hechos- y homicidio agravado por el empleo de armas de fuego en grado de tentativa reiterado -cuatro hechos».

En tanto, los restantes acusados, todos policías, son Sergio Alejandro González, Wanda Micaela Esquivel, Yamila Florencia Martínez, Walter Eduardo Soria, Enzo Gustavo Quiroga, Jorge Ariel Galleguillo, Leonardo Alejandro Martínez, Rodrigo Emanuel Toloza, Ezequiel Agustín Vélez, Leandro Alexis Quevedo y Juan Antonio Gatica.

Los cargos que enfrentan son de «falso testimonio, encubrimiento por favorecimiento personal agravado por la calidad funcional y omisión de deberes de funcionario público», ya que se les imputa, entre otros delitos, el haber «plantado» un arma con numeración «limada» para simular un enfrentamiento con los chicos.

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