Un indigente y un coleccionista, detenidos por robarse una corona de la Catedral de Córdoba

Un hombre mayor de edad aprovechó la soledad de la Catedral para trepar hasta un altar y robar una valiosa corona de plata de más de 200 años de antigüedad que estaba sobre la estatua de la Virgen de Nieva.

Un indigente y un coleccionista, detenidos por robarse una corona de la Catedral de Córdoba

Se registró un insólito hecho de inseguridad en la Catedral de Córdoba. Allí, la corona de plata que coronaba a la Virgen Nuestra Señora de Nieva, situada en el costado derecho del altar, fue robada. Los responsables fueron un indigente y un coleccionista. Al perecer, el primero habría recibido unos $10.000 como pago para cometer el hurto. Por fortuna, el valioso objeto fue recuperado.

A partir de imágenes de cámaras de videovigilancia, el ladrón fue identificado y detenido en la Jefatura de Policía. Se trata de una persona en situación de calle que robó el objeto a partir de la petición de un coleccionista que le habría prometido la suma de dinero.

El caso fue investigado por detectives de las divisiones Delitos Culturales y de Robos y Hurtos de la Policía de Córdoba, quienes trabajaron bajo directivas judiciales.

Según indicó el fiscal de Instrucción Guillermo González, del Distrito I Turno II y quien está a cargo del caso, se logró la detención del autor material del hecho gracias a las imágenes registradas por las cámaras. Además, también se logró detener a la persona que tenía la posesión de la corona, recuperándola de este modo.

La corona fue hecha en 1795 y por ese motivo, se considera un robo cultural. Se trata de una reliquia que tiene más de 200 años de antigüedad y su valor en el mercado es incalculable. El robo tuvo lugar el miércoles por la mañana y se presume que el ladrón aprovechó que las cámaras de seguridad no estaban funcionando.

De acuerdo a lo indagado hasta el momento, el hombre de edad avanzada ingresó a la Catedral de Córdoba cuando no había fieles ni turistas presentes. Aprovechando la soledad del lugar, se dirigió hacia un altar ubicado en un costado del templo, subió hábilmente y sustrajo el elemento.

Una vez cometido el hurto, ocultó la corona entre sus ropas y se alejó a paso acelerado, tratando de evitar ser detectado por las cámaras de seguridad, aunque su imagen fue captada por otras cámaras.

El robo fue descubierto por el sacristán Enzo Lanchera, quien alertó a sus superiores eclesiásticos y luego a la Policía. No obstante, el Ministerio Público Fiscal, la Policía y el Arzobispado no informaron sobre el episodio delictivo, lo que llamó la atención, especialmente porque no se dieron a conocer imágenes de la corona robada para alertar a la población y obtener información que ayude a la causa.

La corona es pequeña, de 16 centímetros de alto por 13,5 de base y su valor es incalculable en el mercado. Este robo ha sorprendido a la comunidad, ya que pasó mucho tiempo desde que no se tenía un robo de estas características en la provincia.

 

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