Las autoridades provinciales buscaban anoche los cuerpos de dos mujeres en un domicilio particular de barrio Autódromo, en la zona norte de la ciudad de Córdoba. Se trata de Sara y Esther Castro, quienes eran hermanas y tenían 39 y 41 años respectivamente. Dos varones, familiares entre sí, se encuentran detenidos por el hecho, luego de que uno de ellos, hijo de una de las víctimas, confesara haberlas asesinado.
Los dos jóvenes que confesaron el crimen fueron vistos por la Policía Caminera en las Altas Cumbres el fin de semana. Allí divisaron a seis personas con aspecto desprolijo, que iban caminando con bolsos en dirección a Traslasierra. Eran dos hombres y cuatro menores. En ese marco, revelaron que se estaban yendo de “vacaciones a Mina Clavero”, y aseguraron que el viaje lo iniciaron en taxi, pero se bajaron en Copina.
Como había menores de edad, la Policía Caminera los trasladó hasta la comisaría de Icho Cruz. Allí les solicitaron su identidad y los adultos revelaron que eran de apellido Castro y tenían domicilio en barrio Autódromo. Luego les solicitaron el contacto de un familiar, y uno de los números de teléfonos pertenecía a una de las mujeres que llevan semanas desaparecidas, aunque el celular estaba apagado. Finalmente, lograron dar con un tío, quien los buscó y llevó hasta su vivienda. El hombre estaba preocupado porque ni Esther ni Sara estaban en la casa, y quedó paralizado cuando sus sobrinos confesaron que habían asesinaron a su madre y tía.
Sin dudarlo, se dirigió a la Unidad Judicial 3 y denunció a los jóvenes, quienes no se resistieron cuando las fuerzas de seguridad irrumpieron en su casa. La fiscal de Violencia Familiar, Andrea Martin, investiga un confuso entramado familiar, supuestas prácticas de ritos satánicos y denuncias por abuso sexual, mientras policías, bomberos y personal del Departamento Unidades de Alto Riesgo (Duar) trabajaban anoche para encontrar los cuerpos que habrían sido desmembrados y arrojados a un pozo de agua.