La firma británico-polaca Walletmor causó furor tras ser la primera compañía en poner chips de pago implantables a la venta. Desde entonces, la modalidad con tinte de ciencia ficción de tener incorporado un sistema de pago sin contacto en los teléfonos inteligentes crece cada vez más.
Los implantes en el cuerpo se basan en la identificación por radiofrecuencia (RFID), la tecnología que normalmente se encuentra en las ciertas tarjetas físicas de débito y crédito. Así es como, a través de la Near-Field Communication (conexión de proximidad), se pueden abonar cualquier tipo de producto o servicio en caso de que acepten «pagos sin contacto».
«El implante se puede usar para pagar una bebida en la playa de Río, un café en Nueva York, un corte de cabello en París, o en su supermercado local», dijo el fundador y director ejecutivo Wojtek Paprota, quien detalló que el chip de Walletmor, que pesa menos de un gramo y es un poco más grande que un grano de arroz, está compuesto de un pequeño microchip y una antena recubierta de un biopolímero, un material de origen natural, similar al plástico.
En este sentido, Paprota agregó que es completamente seguro, tiene los permisos necesarios, funciona inmediatamente después de ser implantado y se mantendrá en su lugar sin moverse. Tampoco requiere una batería u otra fuente de energía.
En tanto, una una encuesta de 2021 hecha a más de 4.000 personas en el Reino Unido y la Unión Europea (UE) encontró que el 51% de los entrevistados lo consideraría como una opción viable. El informe agregó que «cuestiones como la invasividad y la seguridad son las principales inquietudes» para las personas.
«El implante debe estar dentro del campo electromagnético de un lector RFID [o NFC] compatible. Solo cuando hay un acoplamiento magnético entre el lector y el transpondedor el implante puede ser leído», dijo Patrick Paumen, un hombre que tiene uno bajo la piel de su mano izquierda.
No obstante, el problema con tales chips es si en el futuro se vuelven cada vez más avanzados y se llenan de datos personales. Y, a su vez, si esta información es segura y si, de hecho, puede ser rastreado.