Ubicada bien al sur de la provincia de Córdoba, casi pegada a la punta del “zapato” de Santa Fe, se encuentra quizá una de las ciudades más futboleras que haya en el país. Pero no es sólo una tierra donde sólo la redonda ha dejado su marca, sino también la historia de un país agroexportador y ferroviario.
Se trata de Corral de Bustos, una pequeña ciudad cordobesa que tiene todos los ingredientes de la cultura y la tradición argentina; por cierto no solamente actual, sino también históricamente.
Así que si estás buscando un lugar tranquilo, típico y campestre para descansar, despejarse del ruido de la ciudad, entonces te recomendamos que aproveches y saques un pasaje con Coata Córdoba para hacerte una escapada.
La historia de Corral de Bustos
En los albores del siglo XX, la ciudad de Corral de Bustos fue establecida por el alemán Carlos von Ifflinger, quien obtuvo el permiso del Gobierno de la Provincia de Córdoba para fundar una localidad que llevaría su apellido. Esta autorización fue concedida el 14 de noviembre de 1901, marcando así el nacimiento oficial de la ciudad, que inicialmente abarcaba lo que hoy se conoce como Barrio Ifflinger.
En julio de 1902, se puso en funcionamiento el servicio de ferrocarril y la estación fue nombrada «Corral de Bustos» en referencia a una zona antigua al sur de Chañar Ladeado. Durante ese tiempo, un empleado del ferrocarril adquirió un terreno al sur de las vías, donde comenzó a subdividir y abrir calles. Se establecieron una escuela, actualmente llamada Hipólito Yrigoyen, una oficina de correos, la estación de policía y la Municipalidad en 1919, que inicialmente operaba en tres casas en Barrio Ifflinger antes de trasladarse al área de Corral de Bustos en 1946.
Durante la década de 1960, la industria local experimentó un auge significativo. Empresas como «La Suil», «Sadam» y «GERMOR» destacaron por exportar sus productos al mercado latinoamericano y europeo. Los talleres de «Suil» aún se mantienen en la entrada oeste de la ciudad, mientras que los de «Sadam» han sido transformados en la sede de VCC Televisión. Por otro lado, los Talleres de «Germor» ahora funcionan como el corralón de la empresa Malpassi.
En los años 70, la ciudad fue testigo de la llegada de eventos y festividades. Destacan los carnavales organizados por el Sporting Club, conocidos como «Mascarada», así como los recitales folklóricos y los populares «Folklorama» organizados por el Club Corralense. La inauguración del Casino Provincial en 1973 convirtió a Corral de Bustos en un punto de atracción nocturno tanto para los habitantes locales como para los visitantes de la región, lo que impulsó el crecimiento de servicios de entretenimiento, como salones de baile, snacks y hoteles.
Finalmente, en 1975, la provincia de Córdoba otorgó a Corral de Bustos el estatus de ciudad.
Corral de Bustos y su lazo eterno con el fútbol
Hoy la ciudad tiene dos clubes, Club Corralense y Sporting Club, que surgieron respectivamente en 1911 y 1917. Aunque vale la pena mencionar que previamente existían otros como el Club Chacarense, Racing Club y Club Sarmiento.
Pero lo que ha llamado la atención de Corral de Bustos, a lo largo de todos estos años, no es la cantidad de equipos que se han creado o que dos de ellos sigan existiendo hace más de un siglo.
Lo que sí ha impactado a locales y especialistas, es la cantidad de jugadores profesionales que surgieron en esta ciudad; que bien se la podría catalogar como semillero del fútbol argentino.
Entre ellos se puede mencionar a Fernando Ortiz, ex jugador de Boca y Racing y que actualmente es DT del club mejicano, Monterrey. Otro futbolista corralense es Gino Peruzzi, ex jugador de Vélez, Boca y que incluso fue convocado a la Selección Nacional. Un caso resonante fue Carlos “Cai” Aimar, quien jugó en Rosario Central y tuvo una carrera exitosa como técnico. Y por supuesto, el nombre más resonante es el de Oscar Ruggeri, campeón mundial con la Argentina y con una extensa carrera; en la cual vistió la camiseta de Boca, River y Real Madrid, entre otros.