Un norteamericano pensó que iba a lograr la mejor selfie para su cuenta de Instagram si sacaba una mantarraya del agua y la ponía junto a su cara.
El hombre había salido en un viaje de pesca nocturna por California, cuando vio la posibilidad de agarrar una raya. Sin pensarlo dos veces, metió las manos en el agua y sacó al animal, que se movía desesperado para todas partes, meneando su peligrosa cola.
Finalmente, la raya, asfixiándose, picó en la mano al desafortunado protagonista de la historia, quien terminó en el piso, retorciéndose del dolor y a los gritos, mientras su acompañante lo filmaba.
Aunque la raya de California no es de las más peligrosas de las más de 600 especies diferentes de raya que existen, fue lo suficientemente urticante como para que el pescador se retorciera de dolor aun después de haberla devuelto al agua. Habitualmente son peces tranquilos e inofensivos, siempre que se los deje vivir en paz. Pero la cosa se pone peligrosa cuando se sienten amenazadas.